La Maravillosa Gracia de Dios


El pacto y el sábado, 28 de mayo https://ift.tt/YPEaOW8 Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel. Éxodo 31:16, 17. Cuando el Señor libró a su pueblo Israel de Egipto y le encomendó su ley, le enseñó que mediante la observancia del sábado habían de distinguirse de los idólatras... Así como el sábado era la señal que distinguía a Israel cuando salió de Egipto para entrar en la Canaán terrenal, es ahora la señal que distingue al pueblo de Dios al salir del mundo y entrar en el reposo celestial. El sábado es una señal de la relación que existe entre Dios y su pueblo, una señal de que ellos honran su ley. Establece una distinción entre sus súbditos leales y los transgresores... El sábado dado al mundo como señal de que Dios es el Creador, es también la señal de que es el Santificador. El poder que creó todas las cosas es el que regenera el alma a su propia semejanza. Para aquellos que santifican el sábado es señal de santificación. La verdadera santificación es armonía con Dios, unidad con él en carácter. Se la recibe por medio de la obediencia a esos principios que son el trasunto de su carácter. El sábado es la señal de la obediencia. Aquel que obedece de corazón el cuarto mandamiento obedecerá toda la ley. Es santificado por la obediencia. A nosotros como a Israel se nos da el sábado como “pacto perpetuo”. Para los que reverencian su santo día, el sábado es una señal de que Dios los reconoce como su pueblo escogido. Es una seguridad que cumplirá su pacto con ellos. Toda alma que acepta la señal del gobierno de Dios se pone bajo el pacto divino y eterno. Se asegura a la áurea cadena de la obediencia, de la cual cada eslabón es una promesa. De los Diez Mandamientos sólo el cuarto contiene el sello del gran Legislador, Creador de los cielos y de la tierra. Los que obedecen sus mandamientos asumen su nombre, y todas las bendiciones implícitas en él les pertenecen.—Testimonies for the Church 6:349, 350. El sábado no ha perdido nada de su significado. Continúa siendo una señal entre Dios y su pueblo, y lo será para siempre.—Ibid. 9:18.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374