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El Mensaje de los Tres Ángeles - Apocalipsis 14:6-12

6 Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,
7 diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
8 Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación.
9 Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano,
10 él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero;
11 y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.
12 Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.

El Mensaje de los Tres Ángeles - Pr. Esteban Bohr


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374

Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}

A Fin de Conocerle


No hay que detenerse, 2 de junio https://ift.tt/bFS6Bdf Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra: gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús. 2 Pedro 1:1, 2. ¡Qué gran tema es el de la contemplación de la justicia de Dios y nuestro Salvador Jesucristo! El contemplar a Cristo y su justicia no deja lugar para la justificación propia, para la glorificación del yo. No hay lugar para las detenciones en este capítulo. Hay un continuo avance en cada etapa del conocimiento de Cristo. La vida eterna es mediante el conocimiento de Cristo. Jesús dice en su oración: “Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”. Juan 17:3. Hemos de gloriarnos en Dios. ... “Por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: el que se gloria, gloríese en el Señor”. 1 Corintios 1:30, 31. Hemos sido llamados al conocimiento de Cristo y esto es el conocimiento de la gloria y la virtud. Es un conocimiento de la perfección del carácter divino, manifestado a nosotros en Jesucristo, lo que hace posible que tengamos comunión con Dios. Por las grandes y preciosas promesas hemos de llegar a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción que está en el mundo por la concupiscencia. ¡Qué posibilidades se presentan ante los jóvenes que se aferran de las divinas seguridades de la Palabra de Dios! Apenas puede comprender la mente humana lo que es la anchura y profundidad y altura de las adquisiciones espirituales que se pueden alcanzar al llegar a ser participantes de la naturaleza divina. El ser humano que presta obediencia a Dios, que llega a ser participante de la naturaleza divina, halla placer en guardar los mandamientos de Dios, porque es uno con Dios; mantiene una relación tan vital con Dios, como el Hijo con el Padre.—The Youth’s Instructor, 24 de octubre de 1895.

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