Recibiréis Poder


El vecindario: un gran campo de labor, 16 de junio https://ift.tt/wPGaItk Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fue, publicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él. Lucas 8:39. Por todas partes los campos están abiertos a la predicación. Aquí y allá se están dando oportunidades que hasta resultan difíciles de atender. Con todo, y aunque hay un gran número de personas que han recibido la luz de la verdad, ¡cuánto más podría haberse hecho si cada uno hubiera utilizado dicho poder para compartir la luz con otros! No todos pueden ser predicadores de la Palabra; sin embargo, cada uno tiene algo que realizar en favor de Cristo en el lugar donde está. Entre los vecinos hay un gran campo de labor. Sea cual fuere la ocupación, si cada uno consagrara mente y corazón a esta obra, podría trazar planes, aun en pequeña escala, que los haría útiles al Señor. En virtud de las providenciales aperturas que se presentan para introducir la Palabra de Dios, las oportunidades se van multiplicando. Esto exige la ofrenda de nuestro tiempo, del intelecto, de nuestro dinero y de cualquier otro don, sea pequeño o grande, según Dios nos haya prosperado, con el propósito de abrir caminos a la verdad en los lugares oscuros del planeta, donde deben ser establecidos los principios de la justificación que harán avanzar los intereses del reino de Cristo. Los ángeles celestiales están aguardando la oportunidad para unirse a nosotros a fin de que muchos puedan convertirse al escuchar y recibir la influencia del Espíritu Santo. Por mucho tiempo hemos estado mirando y esperando la venida del Señor; pero, ¿estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance para apresurar su regreso? “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”. 2 Pedro 3:9. El Señor obra en forma incesante, y mientras todo el cielo participa en la tarea de conducir a los pecadores a Cristo y al arrepentimiento, ¿qué están haciendo sus discípulos para ser canales de luz y así cooperar con los agentes divinos? Se están preguntando diariamente: “Señor, ¿qué quieres que haga?” Hechos 9:6. A semejanza de Jesús, ¿están practicando el renunciamiento propio? ¿Están profundamente conmovidos y sus corazones se derraman en oración a Dios para que los haga objeto de su gracia y les conceda sabiduría por el Espíritu Santo para trabajar con habilidad, dedicando también sus recursos para salvar a los que perecen sin Cristo?—The Review and Herald, 16 de mayo de 1893.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374