Dios nos Cuida


Las generaciones unidas, 13 de julio https://ift.tt/NfmqzcY El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí. 1 Samuel 3:1. Aunque era muy joven cuando se le trajo a servir en el tabernáculo, Samuel tenía ya entonces algunos deberes que cumplir en el servicio de Dios, según su capacidad. Eran al principio muy humildes, y no siempre agradables; pero los desempeñaba lo mejor que podía, con corazón dispuesto... Si se les enseñara a los niños a considerar el humilde ciclo de deberes diarios como la conducta que el Señor les ha trazado, como una escuela en la cual han de prepararse para prestar un servicio fiel y eficiente, ¡cuánto más agradable y honorable les parecería su trabajo! El cumplimiento de todo deber como para el Señor, rodea de un encanto especial aun los menesteres más humildes, y vincula a los que trabajan en la tierra con los seres santos que hacen la voluntad de Dios en el cielo. La vida de Samuel desde su temprana niñez había sido una vida de piedad y devoción. Había sido puesto bajo el cuidado de Elí en su juventud, y la amabilidad de su carácter le granjeó el cálido afecto del anciano sacerdote. Era bondadoso, generoso, diligente, obediente y respetuoso. El contraste entre la vida del joven Samuel y la de los hijos del sacerdote era muy marcado, y Elí hallaba reposo, consuelo y bendición en la presencia de su pupilo. Era cosa singular que entre el principal magistrado de la nación y un simple niño existiera tan cálido afecto. Samuel era servicial y afectuoso, y ningún padre amó alguna vez a su hijc más tiernamente que Elí a ese joven. A medida que los achaques de la vejez le sobrevenían a Elí, sentía más profundamente la conducta desanimadora, temeraria, licenciosa de sus propios hijos, y buscaba consuelo y sostén en Samuel. Cuán conmovedor es ver a la juventud y la vejez confiando la una en la otra, a los jóvenes buscando consejo y sabiduría en los ancianos, a los ancianos buscando ayuda y simpatía en los jóvenes. Así debiera ser. Dios quisiera que los jóvenes poseyesen tales cualidades de carácter, que encontraran deleite en la amistad de los ancianos, para que puedan estar unidos por los fuertes lazos del cariño con aquellos que se están aproximando a los bordes del sepulcro.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374