El Cristo Triunfante


Jesús nos capacita para ser hijos de Dios, 13 de julio https://ift.tt/GfjYvys “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. Juan 1:12. Somos propiedad del Señor. Cristo ha pagado el precio de nuestra redención de un modo que no puede ser computado. Se ofreció a sí mismo como viva ofrenda a Dios. Llevó los pecados del transgresor, para que Dios pueda ser justo y a la vez el que justifica al pecador arrepentido. En el desierto Jesús venció cada tentación dirigida al apetito. Ayunó durante cuarenta días y cuarenta noches y cuando estaba extenuado Satanás lo tentó. Pero él no respondió con sus propias palabras, pues de haberlo hecho Satanás estaba preparado para entrar en esa lid. Sin embargo, sus respuestas no dejaron de ser sus propias palabras trazadas por la pluma de la inspiración bajo la conducción del Espíritu de Dios. Le dijo a Satanás: “Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. La sugestiva tentación se presentó: “Si eres el Hijo de Dios, dí que estas piedras se conviertan en pan”. Pero cuando ese “si” fue rechazado ya no hubo base para la controversia... En su naturaleza humana Jesús demostró que para cada tentación con la que Satanás asedia a los seres caídos, Dios ha provisto ayuda para ellos si se aferran a su fortaleza y mediante la obediencia hacen la paz con él... Todo el cielo contemplaba la obra del enemigo contra Cristo cuando lo tentó en lugar de la humanidad caída. Y todo el cielo contempla la lucha de cada alma ante cada tentación. Y si resisten la tentación, si no ceden en algún punto en que son probados, Satanás no obtendrá la victoria. En los libros del cielo quedará registrado junto a tu nombre el hecho de que en tal día “Satanás intentó derrotar y atrapar a uno de mis redimidos, pero siendo tentado levantó sus ojos hacia mí, el Conquistador, y envié ángeles para poner en retirada al poderoso enemigo”... ¿Qué dirán los que se han apartado de la luz y del conocimiento para vivir en forma descuidada? La cantidad de evidencia que las personas han tenido, los talentos que han recibido, las respuestas que le ofrecieron al Maestro, todo esto determinará su destino eterno. Aquellos que han recibido privilegios y oportunidades y luz tras luz, sentirán que se los compara con otros cuyas ventajas religiosas han sido limitadas, pero han hecho esfuerzos diligentes y perseverantes para aferrarse de la vida eterna. Y en éstos el Señor se regocija con cánticos.—Manuscrito 49, 1897.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374