Recibiréis Poder


Colportores dotados para testificar, 26 de julio https://ift.tt/Fy14Ts9 Sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos; y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas. Hechos 20:19, 20. Por la luz que Dios me ha dado, descansa mucha responsabilidad sobre los colportores. Ellos deberían salir a su trabajo preparados para explicar las Escrituras, y no deberían decir o hacer nada que ate sus manos. Si ellos ponen su confianza en el Señor mientras viajan de un lugar a otro, los ángeles de Dios los rodearán; pondrán en sus labios palabras que traigan luz, esperanza y valor a muchas personas. Si no fuera por la obra de los colportores, muchos nunca oirían la verdad. De todos los dones que Dios ha dado al hombre, ninguno es más noble ni de una bendición mayor que el don del habla, si es santificado por el Espíritu Santo. Con la lengua convencemos y persuadimos; con ella ofrecemos oraciones y alabanza a Dios, y con ella transmitimos valiosos pensamientos acerca del amor del Redentor. Mediante esta obra el colportor puede esparcir semillas de verdad, iluminando muchas mentes con la luz de la Palabra de Dios. Sinceramente espero que ninguna mente reciba la impresión de que un ministro del evangelio se empequeñece cuando colporta. Escuchen el testimonio del apóstol Pablo: “Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia, sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos; y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas, testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo”. Hechos 20:18-21. El elocuente Pablo, a quien Dios se manifestó en forma notable, iba de casa en casa, con toda humildad de corazón, y con muchas lágrimas y pruebas.—The Home Missionary, 1 de noviembre de 1896.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374