Sabbath School


Comentarios Elena G.W https://ift.tt/FL6Tp2c Semejante transformación de carácter como la observada en la vida de Juan, es siempre resultado de la comunión con Cristo. Pueden existir defectos notables en el carácter de una persona, pero cuando llega a ser un verdadero discípulo de Cristo, el poder de la gracia divina le transforma y santifica. Contemplando como por un espejo la gloria del Señor, es transformado de gloria en gloria, hasta que llega a asemejarse a Aquel a quien adora. Juan era un maestro de santidad, y en sus cartas a la iglesia señaló reglas infalibles para la conducta de los cristianos. “Y cualquiera que tiene esta esperanza en él —escribió— se purifica, como él también es limpio”. “El que dice que está en él, debe andar como él anduvo”. 1 Juan 3:3; 2:6. Enseñó que el cristiano debe ser puro de corazón y vida. Nunca debe estar satisfecho con una profesión vana. Así como Dios es santo en su esfera, el hombre caído, por medio de la fe en Cristo, debe ser santo en la suya (Los hechos de los apóstoles, p. 446). Cuanto más estudie el carácter de Cristo, tanto más atractivo aparecerá ante usted. Llegará a estar cerca de usted, en estrecho compañerismo; sus afectos irán hacia él. Si la mente es moldeada por los objetos con los cuales más se relaciona, entonces pensar en Jesús, hablar de él, lo capacitará para ser como él en espíritu y carácter. Reflejará su imagen en lo que es grande y puro y espiritual. Tendrá la mente de Cristo y él lo enviará al mundo como su representante espiritual (Reflejemos a Jesús, p. 57). Se me ha mostrado que en lo futuro, veremos cuán íntimamente estaban relacionadas nuestras pruebas con nuestra salvación, y cómo esas leves tribulaciones produjeron para nosotros “un cada vez más excelente y eterno peso de gloria”… Los años de abnegación, de privaciones, de pruebas, de aflicciones y persecuciones que soporto Pablo, los llamaba él algo momentáneo. Las cosas del tiempo presente no eran consideradas dignas de mención al compararlas con el eterno peso de gloria que le aguardaba cuando hubiera terminado la lucha. Esas mismas aflicciones eran los operarios de Dios, dispuestas para la perfección del carácter cristiano. Cualesquiera sean las circunstancias del cristiano, no importa cuán oscuros y misteriosos sean los caminos de la Providencia; no importa cuán grandes sus privaciones y sufrimientos, él puede apartar de tales cosas su mirada dirigiéndola a lo invisible y eterno. Tiene la bendita seguridad de que todas las cosas le ayudan para su bien (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista, t. 6, p. 1099).

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374