Sabbath School
Comentarios Elena G.W para la Escuela Sabática https://ift.tt/MWi43Lq José de Arimatea y Nicodemo vinieron en auxilio de los discípulos. Ambos hombres eran miembros del Sanedrín y conocían a Pilato. Ambos eran hombres de recursos e influencia. Estaban resueltos a que el cuerpo de Jesús recibiese sepultura honrosa. José fue osadamente a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús… Ni José ni Nicodemo habían aceptado abiertamente al Salvador mientras vivía. Sabían que un paso tal los habría excluido del Sanedrín, y esperaban protegerle por su influencia en los concilios. Durante un tiempo, pareció que tenían éxito; pero los astutos sacerdotes, viendo cómo favorecían a Cristo, habían estorbado sus planes. En su ausencia, Jesús había sido condenado y entregado para ser crucificado. Ahora que había muerto, ya no ocultaron su adhesión a él (El Deseado de todas las gentes, pp. 718, 719). Necesitamos que un poder se posesione de nosotros ahora y nos conmueva a tener diligencia y fe ferviente. Entonces, bautizados por el Espíritu Santo, tendremos a Cristo, la esperanza de gloria, formado en nosotros. Entonces exhibiremos a Cristo como el objeto divino de nuestra fe y nuestro amor. Hablaremos de Cristo; oraremos a Cristo y acerca de Cristo. Alabaremos su santo nombre. Presentaremos ante el pueblo sus milagros, su abnegación, su sacrificio propio, sus sufrimientos, su crucifixión, su resurrección y su ascensión triunfal. Estos son los temas inspiradores del evangelio para despertar amor y fervor intenso en cada corazón… Necesitamos nosotros mismos tener una viva relación con Dios, a fin de enseñar a Jesús a otros. Entonces podremos transmitir la viviente experiencia personal de lo que Cristo es para nosotros por experiencia y fe. Hemos recibido a Cristo, y con fervor divino podemos hablar de aquello que es un poder que reside en nosotros. La gente debe ser atraída a Cristo. Debe darse prominencia a su eficacia salvadora. Los que verdaderamente aprenden sentándose a los pies de Jesús, descubren las preciosas gemas de verdad pronunciadas por nuestro Salvador, y discernirán su significado y apreciarán su valor. Y al hacerse más humildes y estar dispuestos a ser enseñados, su comprensión se abrirá para descubrir las cosas maravillosas de su ley, pues Cristo las ha presentado en forma clara y precisa (Mensajes selectos, t. 3, pp. 211-213). Si solo comprendiéramos cuán diligentemente trabajó Cristo para sembrar la semilla del evangelio… Trabajaríamos incansablemente repartiendo el Pan de Vida a las almas moribundas. Captemos el espíritu del gran Maestro. Aprendamos del Amigo de los pecadores cómo ayudar a las almas enfermas de pecado. Su corazón siempre se conmovía con la angustia humana… Los siervos de Dios deben trabajar por las clases más altas, pero esto no significa que deben atarse con los grandes de la tierra, dependiendo de ellos para obtener fortaleza, influencia y éxito. El Señor muchas veces inclinará los corazones de los que están en posiciones de responsabilidad para otorgar favores al pueblo que guarda los mandamientos de Dios. Pero cuando los siervos de Dios lo abandonan para buscar el reconocimiento de los hombres de la tierra, cambian el poder por la debilidad (Alza tus ojos, pp. 328, 329).
¡Visita Sabbath School!
Comentarios Elena G.W para la Escuela Sabática https://ift.tt/MWi43Lq José de Arimatea y Nicodemo vinieron en auxilio de los discípulos. Ambos hombres eran miembros del Sanedrín y conocían a Pilato. Ambos eran hombres de recursos e influencia. Estaban resueltos a que el cuerpo de Jesús recibiese sepultura honrosa. José fue osadamente a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús… Ni José ni Nicodemo habían aceptado abiertamente al Salvador mientras vivía. Sabían que un paso tal los habría excluido del Sanedrín, y esperaban protegerle por su influencia en los concilios. Durante un tiempo, pareció que tenían éxito; pero los astutos sacerdotes, viendo cómo favorecían a Cristo, habían estorbado sus planes. En su ausencia, Jesús había sido condenado y entregado para ser crucificado. Ahora que había muerto, ya no ocultaron su adhesión a él (El Deseado de todas las gentes, pp. 718, 719). Necesitamos que un poder se posesione de nosotros ahora y nos conmueva a tener diligencia y fe ferviente. Entonces, bautizados por el Espíritu Santo, tendremos a Cristo, la esperanza de gloria, formado en nosotros. Entonces exhibiremos a Cristo como el objeto divino de nuestra fe y nuestro amor. Hablaremos de Cristo; oraremos a Cristo y acerca de Cristo. Alabaremos su santo nombre. Presentaremos ante el pueblo sus milagros, su abnegación, su sacrificio propio, sus sufrimientos, su crucifixión, su resurrección y su ascensión triunfal. Estos son los temas inspiradores del evangelio para despertar amor y fervor intenso en cada corazón… Necesitamos nosotros mismos tener una viva relación con Dios, a fin de enseñar a Jesús a otros. Entonces podremos transmitir la viviente experiencia personal de lo que Cristo es para nosotros por experiencia y fe. Hemos recibido a Cristo, y con fervor divino podemos hablar de aquello que es un poder que reside en nosotros. La gente debe ser atraída a Cristo. Debe darse prominencia a su eficacia salvadora. Los que verdaderamente aprenden sentándose a los pies de Jesús, descubren las preciosas gemas de verdad pronunciadas por nuestro Salvador, y discernirán su significado y apreciarán su valor. Y al hacerse más humildes y estar dispuestos a ser enseñados, su comprensión se abrirá para descubrir las cosas maravillosas de su ley, pues Cristo las ha presentado en forma clara y precisa (Mensajes selectos, t. 3, pp. 211-213). Si solo comprendiéramos cuán diligentemente trabajó Cristo para sembrar la semilla del evangelio… Trabajaríamos incansablemente repartiendo el Pan de Vida a las almas moribundas. Captemos el espíritu del gran Maestro. Aprendamos del Amigo de los pecadores cómo ayudar a las almas enfermas de pecado. Su corazón siempre se conmovía con la angustia humana… Los siervos de Dios deben trabajar por las clases más altas, pero esto no significa que deben atarse con los grandes de la tierra, dependiendo de ellos para obtener fortaleza, influencia y éxito. El Señor muchas veces inclinará los corazones de los que están en posiciones de responsabilidad para otorgar favores al pueblo que guarda los mandamientos de Dios. Pero cuando los siervos de Dios lo abandonan para buscar el reconocimiento de los hombres de la tierra, cambian el poder por la debilidad (Alza tus ojos, pp. 328, 329).
¡Visita Sabbath School!
Comentarios
Publicar un comentario