A Fin de Conocerle


Veremos su rostro, 24 de diciembre Y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. Apocalipsis 22:4. https://ift.tt/8xmIpdL Ahora no podemos ver la gloria de Dios. Lo veremos cara a cara únicamente si ahora lo recibimos. Dios quiere que mantengamos los ojos fijos en él, para que perdamos de vista las cosas de este mundo. No tenemos que perder tiempo en lograr la preparación que nos permitirá ver el rostro de Dios. Debemos ser como Cristo aquí, y conocerlo como un Salvador actual y personal... Solo contemplando a Jesús, el Cordero de Dios, y siguiendo en sus pasos, podéis prepararos para encontraros con Dios. Seguidlo, y un día andaréis por las calles áureas de la ciudad de Dios, y veréis al que se despojó de su ropaje real y de su corona regia, y, vestido con la humanidad, vino a nuestro mundo y llevó nuestros pecados, para elevarnos y revelarnos su gloria y majestad. Lo veremos cara a cara si ahora nos dejamos modelar por él y preparar para ocupar un lugar en el reino de Dios. Los que consagran sus vidas al servicio de Dios vivirán con él durante los siglos interminables de la eternidad. “Dios mismo estará con ellos como su Dios”. Apocalipsis 21:3... Entregaron a Dios su mente en este mundo; le sirvieron con su corazón e intelecto, y ahora él puede colocar su nombre en sus frentes. “No habrá allí más noche... porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos”. Apocalipsis 22:5. No van a rogar por un lugar en el cielo, porque Cristo les dice: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”. Mateo 25:34. Los toma como a sus hijos y les dice: Entrad en el gozo de vuestro Señor. En la frente de los vencedores se coloca la corona de inmortalidad. Las toman y las arrojan a los pies de Jesús, y pulsando sus áureas arpas, llenan el cielo con hermosos cantos de alabanza al Cordero. Entonces “verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes”.—The Youth’s Instructor, 20 de septiembre de 1896.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374