Sólo cuando vivimos obedientes a su Palabra podemos reclamar el cumplimiento de sus promesas. Dice el salmista: “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me oyera.” Salmos 66:18. Si sólo le obedecemos parcial y tibiamente, sus promesas no se cumplirán en nosotros.{MC 173.1}
"Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar." Habacuc 2:14 "Entonces el dragón...se fue a hacer guerra contra...los que guardan los mandamientos de Dios y tienen...el espíritu de la profecía." Apoc. 12:17; 19:10
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