Sabbath School
Comentarios Elena G.W para la Escuela Sabática https://ift.tt/sw5mLgt El evangelio de Cristo debe alcanzar a todas las clases, todas las naciones, todas las lenguas y pueblos. La influencia del evangelio debe unir en una gran hermandad. Tenemos un solo Modelo que debemos imitar en la edificación del carácter, y entonces todos tendremos el molde de Cristo; estaremos en armonía perfecta; las nacionalidades se unirán en Jesucristo, poseyendo la misma mente, y el mismo juicio, hablando de las mismas cosas, y glorificando a Dios con una sola boca. Esta es la obra que el Redentor del mundo debe realizar por nosotros. Si aceptamos la verdad como está en Jesús desaparecerán los prejuicios nacionalistas y los celos, y el Espíritu de verdad unirá los corazones en uno solo. Nos amaremos como hermanos; estimaremos al prójimo más que a nosotros mismos; seremos bondadosos y corteses, humildes y afables, y accederemos fácilmente a las súplicas; estaremos llenos de misericordia y de buenos frutos (Nuestra elevada vocación, p. 173). Cuando miráis la cruz del Calvario, no podéis dudar del amor de Dios o de su deseo de salvar. Tiene una inmensidad de mundos que le tributan honor divino, y el cielo y todo el universo hubieran estado felices si él hubiera dejado perecer este mundo; pero su amor fue tan grande que dio a su propio Hijo para que muriera a fin de que nosotros fuésemos redimidos de la muerte eterna. Al ver el cuidado y el amor que Dios tiene por nosotros, respondamos a ellos; démosle a Jesús todas las facultades de nuestro ser, peleando varonilmente las batallas del Señor. No podemos permitirnos perder el alma; no podemos permitirnos pecar contra Dios. La vida, la vida eterna en el reino de la gloria, lo vale todo (That I May Know Him, p. 367; parcialmente en A fin de conocerle, p. 366). Aquellos a quienes Cristo elogia en el juicio, pueden haber sabido poca teología, pero albergaron sus principios. Por la influencia del Espíritu divino, fueron una bendición para los que los rodeaban. Aun entre los paganos, hay quienes han abrigado el espíritu de bondad; antes que las palabras de vida cayesen en sus oídos, manifestaron amistad para con los misioneros, hasta el punto de servirles con peligro de su propia vida. Entre los paganos hay quienes adoran a Dios ignorantemente, quienes no han recibido jamás la luz por un instrumento humano, y sin embargo no perecerán. Aunque ignorantes de la ley escrita de Dios, oyeron su voz hablarles en la naturaleza e hicieron las cosas que la ley requería. Sus obras son evidencia de que el Espíritu de Dios tocó su corazón, y son reconocidos como hijos de Dios. ¡Cuánto se sorprenderán y alegrarán los humildes de entre las naciones y entre los paganos, al oír de los labios del Salvador: “En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos pequeñitos, a mí lo hicisteis”! ¡Cuán alegre se sentirá el corazón del Amor Infinito cuando sus seguidores le miren con sorpresa y gozo al oír sus palabras de aprobación! (El Deseado de todas las gentes, p. 593).
¡Visita Sabbath School!
Comentarios Elena G.W para la Escuela Sabática https://ift.tt/sw5mLgt El evangelio de Cristo debe alcanzar a todas las clases, todas las naciones, todas las lenguas y pueblos. La influencia del evangelio debe unir en una gran hermandad. Tenemos un solo Modelo que debemos imitar en la edificación del carácter, y entonces todos tendremos el molde de Cristo; estaremos en armonía perfecta; las nacionalidades se unirán en Jesucristo, poseyendo la misma mente, y el mismo juicio, hablando de las mismas cosas, y glorificando a Dios con una sola boca. Esta es la obra que el Redentor del mundo debe realizar por nosotros. Si aceptamos la verdad como está en Jesús desaparecerán los prejuicios nacionalistas y los celos, y el Espíritu de verdad unirá los corazones en uno solo. Nos amaremos como hermanos; estimaremos al prójimo más que a nosotros mismos; seremos bondadosos y corteses, humildes y afables, y accederemos fácilmente a las súplicas; estaremos llenos de misericordia y de buenos frutos (Nuestra elevada vocación, p. 173). Cuando miráis la cruz del Calvario, no podéis dudar del amor de Dios o de su deseo de salvar. Tiene una inmensidad de mundos que le tributan honor divino, y el cielo y todo el universo hubieran estado felices si él hubiera dejado perecer este mundo; pero su amor fue tan grande que dio a su propio Hijo para que muriera a fin de que nosotros fuésemos redimidos de la muerte eterna. Al ver el cuidado y el amor que Dios tiene por nosotros, respondamos a ellos; démosle a Jesús todas las facultades de nuestro ser, peleando varonilmente las batallas del Señor. No podemos permitirnos perder el alma; no podemos permitirnos pecar contra Dios. La vida, la vida eterna en el reino de la gloria, lo vale todo (That I May Know Him, p. 367; parcialmente en A fin de conocerle, p. 366). Aquellos a quienes Cristo elogia en el juicio, pueden haber sabido poca teología, pero albergaron sus principios. Por la influencia del Espíritu divino, fueron una bendición para los que los rodeaban. Aun entre los paganos, hay quienes han abrigado el espíritu de bondad; antes que las palabras de vida cayesen en sus oídos, manifestaron amistad para con los misioneros, hasta el punto de servirles con peligro de su propia vida. Entre los paganos hay quienes adoran a Dios ignorantemente, quienes no han recibido jamás la luz por un instrumento humano, y sin embargo no perecerán. Aunque ignorantes de la ley escrita de Dios, oyeron su voz hablarles en la naturaleza e hicieron las cosas que la ley requería. Sus obras son evidencia de que el Espíritu de Dios tocó su corazón, y son reconocidos como hijos de Dios. ¡Cuánto se sorprenderán y alegrarán los humildes de entre las naciones y entre los paganos, al oír de los labios del Salvador: “En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos pequeñitos, a mí lo hicisteis”! ¡Cuán alegre se sentirá el corazón del Amor Infinito cuando sus seguidores le miren con sorpresa y gozo al oír sus palabras de aprobación! (El Deseado de todas las gentes, p. 593).
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