A Fin de Conocerle
Cuando Jesús intercede, 12 de marzo https://ift.tt/tSLXQo6 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios. Hebreos 9:24. Nuestro precioso Redentor está delante del Padre como nuestro intercesor... Los que quieran alcanzar la norma divina, escudriñen por si mismos las Escrituras para que tengan un conocimiento de la vida de Cristo y la comprensión de su misión y obra. Contémplenlo como a su Abogado, que está dentro del velo, teniendo en su mano el incensario de oro, del cual asciende a Dios el santo incienso de los méritos de su justicia en favor de los que oran a él. Si ellos pudieran contemplarlo, experimentarían la seguridad de que tienen un Abogado poderoso e influyente en las cortes ceilestiales, y que su caso está ganado ante el trono de Dios... Cuando confesáis vuestros pecados, cuando os arrepentís de vuestras iniquidades, Cristo toma vuestra culpabilidad sobre sí mismo y os imputa su propia justicia y poder. Para los contritos de espíritu, da el áureo aceite del amor y los ricos tesoros de su gracia. Entonces es cuando podéis ver que el sacrificio del yo ante Dios, mediante los méritos de Cristo, os hace de infinito valor, pues revestidos con el manto de la justicia de Cristo, os convertís en hijos e hijas de Dios. Los que se acercan al Padre, reconociendo el arco iris de la promesa, y piden perdón en el nombre de Jesús, recibirán lo que piden. Con la primera expresión de arrepentimiento. Cristo presenta la petición del humilde suplicante delante del trono como si fuera su propio deseo en favor del pecador. Dice: “Yo rogaré al Padre por vosotros”. Juan 16:26. Jesús, nuestro precioso Salvador, no pudo vernos expuestos a las trampas fatales de Satanás y reprimirse de hacer un sacrificio infinito en nuestro favor. Se interpone entre Satanás y el alma tentada y dice: “Quítate de delante de mí, Satanás”. Mateo 16:23.—The Youth’s Instructor, 16 de enero de 1896.
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