Sabbath School
Comentarios Elena G.W para la Escuela Sabática https://ift.tt/cQi5Srg Las naciones de los salvos no conocerán otra ley que la del cielo. Todos constituirán una familia feliz y unida, ataviada con las vestiduras de alabanza y agradecimiento. Al presenciar la escena, las estrellas de la mañana cantarán juntas, y los hijos de los hombres aclamarán de gozo, mientras Dios y Cristo se unirán para proclamar: No habrá más pecado ni muerte”… “Ciertamente consolará Jehová a Sión: consolará todas sus soledades, y tornará su desierto como paraíso, y su soledad como huerto de Jehová”. “La gloria del Líbano le será dada, la hermosura de Carmel y de Sarón”. “No te llamarán ya más la ‘Desamparada,’ ni se llamará tu tierra ‘Desierta,’ sino que te llamarán a ti ‘Mi complacencia en ella,’ y a tu tierra ‘Desposada.’ … Como la esposa hace las delicias del esposo, así harás tú las delicias de tu Dios”. Isaías 66:23; 40:5; 61:11; 28:5; 51:3; 35:2; 62:4, 5 (VNC) (Profetas y reyes, pp. 541, 542). Así el reino de Cristo al principio parecía humilde e insignificante. Comparado con los reinos de la tierra parecía el menor de todos. La aseveración de Cristo de que era rey fue ridiculizada por los gobernantes de este mundo. Sin embargo, en las grandes verdades encomendadas a los seguidores de Cristo, el reino del evangelio poseía una vida divina. ¡Y cuán rápido fue su crecimiento, cuán amplia su influencia! Cuando Cristo pronunció esta parábola, había solamente unos pocos campesinos galileos que representaban el nuevo reino. Su pobreza, lo escaso de su número, era presentado repetidas veces como razón por la cual los hombres no debían unirse con estos sencillos pescadores que seguían a Jesús. Pero la semilla de mostaza había de crecer y extender sus ramas a través del mundo. Cuando pereciesen los gobiernos terrenales, cuya gloria llenaba entonces los corazones humanos, el reino de Cristo seguiría siendo una fuerza poderosa y de vasto alcance… Y en esta última generación la parábola de la semilla de mostaza ha de alcanzar un notable y triunfante cumplimiento. La pequeña simiente llegará a ser un árbol. El último mensaje de amonestación y misericordia ha de ir a “toda nación y tribu y lengua” (Apocalipsis 14:6-14) “para tomar de ellos pueblo para su nombre”. Hechos 15:14 (La maravillosa gracia de Dios, p. 17). La constante preocupación de nuestros corazones debería ser: ¿Qué puedo hacer para salvar las almas por las cuales Cristo murió? Alrededor de mí hay almas preciosas, sumidas en la maldad, que van a perecer a menos que alguien trabaje por su salvación. ¿Qué puedo hacer para alcanzar a esas almas errantes, para llevarlas a la gloriosa ciudad de Dios, y presentarlas delante del trono diciendo: “Aquí estoy yo y los hijos que me diste”? … Dios le ha asignado a cada cual su tarea… Los siervos fieles no perderán su recompensa. Obtendrán la vida eterna y el “bien, buen siervo y fiel” (Mateo 25:23) descenderá como dulce música hasta sus oídos (Cada día con Dios, p. 216).
¡Visita Sabbath School!
Comentarios Elena G.W para la Escuela Sabática https://ift.tt/cQi5Srg Las naciones de los salvos no conocerán otra ley que la del cielo. Todos constituirán una familia feliz y unida, ataviada con las vestiduras de alabanza y agradecimiento. Al presenciar la escena, las estrellas de la mañana cantarán juntas, y los hijos de los hombres aclamarán de gozo, mientras Dios y Cristo se unirán para proclamar: No habrá más pecado ni muerte”… “Ciertamente consolará Jehová a Sión: consolará todas sus soledades, y tornará su desierto como paraíso, y su soledad como huerto de Jehová”. “La gloria del Líbano le será dada, la hermosura de Carmel y de Sarón”. “No te llamarán ya más la ‘Desamparada,’ ni se llamará tu tierra ‘Desierta,’ sino que te llamarán a ti ‘Mi complacencia en ella,’ y a tu tierra ‘Desposada.’ … Como la esposa hace las delicias del esposo, así harás tú las delicias de tu Dios”. Isaías 66:23; 40:5; 61:11; 28:5; 51:3; 35:2; 62:4, 5 (VNC) (Profetas y reyes, pp. 541, 542). Así el reino de Cristo al principio parecía humilde e insignificante. Comparado con los reinos de la tierra parecía el menor de todos. La aseveración de Cristo de que era rey fue ridiculizada por los gobernantes de este mundo. Sin embargo, en las grandes verdades encomendadas a los seguidores de Cristo, el reino del evangelio poseía una vida divina. ¡Y cuán rápido fue su crecimiento, cuán amplia su influencia! Cuando Cristo pronunció esta parábola, había solamente unos pocos campesinos galileos que representaban el nuevo reino. Su pobreza, lo escaso de su número, era presentado repetidas veces como razón por la cual los hombres no debían unirse con estos sencillos pescadores que seguían a Jesús. Pero la semilla de mostaza había de crecer y extender sus ramas a través del mundo. Cuando pereciesen los gobiernos terrenales, cuya gloria llenaba entonces los corazones humanos, el reino de Cristo seguiría siendo una fuerza poderosa y de vasto alcance… Y en esta última generación la parábola de la semilla de mostaza ha de alcanzar un notable y triunfante cumplimiento. La pequeña simiente llegará a ser un árbol. El último mensaje de amonestación y misericordia ha de ir a “toda nación y tribu y lengua” (Apocalipsis 14:6-14) “para tomar de ellos pueblo para su nombre”. Hechos 15:14 (La maravillosa gracia de Dios, p. 17). La constante preocupación de nuestros corazones debería ser: ¿Qué puedo hacer para salvar las almas por las cuales Cristo murió? Alrededor de mí hay almas preciosas, sumidas en la maldad, que van a perecer a menos que alguien trabaje por su salvación. ¿Qué puedo hacer para alcanzar a esas almas errantes, para llevarlas a la gloriosa ciudad de Dios, y presentarlas delante del trono diciendo: “Aquí estoy yo y los hijos que me diste”? … Dios le ha asignado a cada cual su tarea… Los siervos fieles no perderán su recompensa. Obtendrán la vida eterna y el “bien, buen siervo y fiel” (Mateo 25:23) descenderá como dulce música hasta sus oídos (Cada día con Dios, p. 216).
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