El Cristo Triunfante


La experiencia de Israel nos recuerda la importancia del sábado, 13 de abril https://ift.tt/CtxTQdZ “Mirad que Jehová os dio el día de reposo, y por eso en el sexto día os da pan para dos días. Estése pues, cada uno en su lugar, y nadie salga de él en el séptimo día. Así el pueblo reposó el séptimo día”. Éxodo 16:29, 30. Antes que la ley fuera promulgada desde el Sinaí, Dios operó un milagro cada semana a fin de convencer al pueblo de la santidad del sábado. Hizo llover maná del cielo como alimento y cada día lo recogieron, pero al sexto día debían recolectar una doble porción según las instrucciones de Moisés... “Así comieron los hijos de Israel maná cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada; maná comieron hasta que llegaron a los límites de la tierra de Canaán”. Fue así como por cuarenta años Dios operó un milagro semanal en favor de su pueblo a fin de demostrarle que su sábado era un día sagrado. Dios determinó que debía construirse un tabernáculo donde los israelitas pudieran adorarle durante su peregrinaje por el desierto. Las órdenes del cielo fueron dadas a fin de que el tabernáculo se construyera sin demora. A causa de la santidad del trabajo y la premura con que debía realizarse, algunos arguyeron que la obra en el tabernáculo debía continuarse durante el sábado así como en el resto de los días de la semana. Cristo escuchó estas sugerencias, y vio que su pueblo estaba ante el gran peligro de ser atrapado por un artificioso razonamiento que justificaba el trabajo en sábado para que el tabernáculo pudiera completarse tan pronto como fuera posible. Pronto el mensaje llegó indicando: “Ciertamente guardaréis mis sábados”. Aunque la obra debía llevarse a cabo con prontitud, el sábado no debía emplearse como un día laboral. Aun la obra en la casa de Dios debía dar lugar a la sagrada observancia del descanso en el Día del Señor. Dios honra celosamente el memorial de la creación. El sábado es una señal entre Dios y su pueblo. Es el santo día de Dios, dado por el Creador como día de descanso y de meditación en las cosas sagradas. Dios indicó que debía ser observado en cada época como pacto perpetuo... Al negarnos a trabajar en el séptimo día, testificamos ante al mundo que estamos del lado de Dios y que nos afanamos por vivir en perfecta armonía con sus mandamientos. Así reconocemos como nuestro soberano al Dios que hizo el mundo en seis días y descansó el séptimo... El verdadero sábado ha de ser restablecido a su posición correcta como el día de descanso del Señor.—Manuscrito 77, 1900.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374