En los Lugares Celestiales
Esperamos demasiado poco, 10 de abril Conforme a vuestra fe os sea hecho. Mateo 9:29. https://ift.tt/spNxOF6 La fe es el medio de conexión entre la debilidad humana y el poder divino... Debemos tratar de que se fortalezca nuestra fe. La iniquidad que abunda no debería ni por un momento hacer disminuir nuestra fe y amor por Dios, o debilitar nuestra confianza en sus seguras promesas, para que ninguna fuerte tormenta de tentación nos desarraigue del verdadero cimiento. Tenemos una gran obra que hacer y necesitamos mayor fe... Mediante la comunión con Dios nuestra fe será fortalecida y las pruebas de nuestra fe serán una señal de nuestro destacado triunfo.—Carta 24, 1888. Debe realizarse en nosotros una verdadera tarea. Debemos someter constantemente nuestra voluntad a la de Dios, nuestro camino al suyo... Al contemplar como por espejo la gloria de Dios, somos realmente cambiados a la misma imagen, de gloria en gloria, como por el Espíritu del Señor. Esperamos demasiado poco y recibimos de acuerdo a nuestra fe. No debemos aferrarnos a nuestros propios caminos, nuestros planes y nuestras ideas... Debemos vencer los pecados que nos acosan y los malos hábitos. El mal genio y los malos sentimientos deben ser desarraigados, y deben nacer en nosotros un temperamento y emociones santos mediante el Espíritu de Dios... Fe, fe viviente debemos tener, una fe que obre por el amor y purifique el alma. Debemos aprender a llevarle todo al Señor con sencillez y fe fervorosa. La carga más pesada que debemos llevar en esta vida es el yo. A menos que aprendamos en la escuela de Cristo a ser mansos y humildes, habremos perdido preciosas oportunidades y privilegios de relacionarnos con Jesús. El yo es la cosa más difícil con la cual tengamos que relacionarnos. Al depositar nuestras cargas, no nos olvidemos de depositar el yo a los pies de Cristo.—Carta 57, 1887.
¡Visita En los Lugares Celestiales!
Esperamos demasiado poco, 10 de abril Conforme a vuestra fe os sea hecho. Mateo 9:29. https://ift.tt/spNxOF6 La fe es el medio de conexión entre la debilidad humana y el poder divino... Debemos tratar de que se fortalezca nuestra fe. La iniquidad que abunda no debería ni por un momento hacer disminuir nuestra fe y amor por Dios, o debilitar nuestra confianza en sus seguras promesas, para que ninguna fuerte tormenta de tentación nos desarraigue del verdadero cimiento. Tenemos una gran obra que hacer y necesitamos mayor fe... Mediante la comunión con Dios nuestra fe será fortalecida y las pruebas de nuestra fe serán una señal de nuestro destacado triunfo.—Carta 24, 1888. Debe realizarse en nosotros una verdadera tarea. Debemos someter constantemente nuestra voluntad a la de Dios, nuestro camino al suyo... Al contemplar como por espejo la gloria de Dios, somos realmente cambiados a la misma imagen, de gloria en gloria, como por el Espíritu del Señor. Esperamos demasiado poco y recibimos de acuerdo a nuestra fe. No debemos aferrarnos a nuestros propios caminos, nuestros planes y nuestras ideas... Debemos vencer los pecados que nos acosan y los malos hábitos. El mal genio y los malos sentimientos deben ser desarraigados, y deben nacer en nosotros un temperamento y emociones santos mediante el Espíritu de Dios... Fe, fe viviente debemos tener, una fe que obre por el amor y purifique el alma. Debemos aprender a llevarle todo al Señor con sencillez y fe fervorosa. La carga más pesada que debemos llevar en esta vida es el yo. A menos que aprendamos en la escuela de Cristo a ser mansos y humildes, habremos perdido preciosas oportunidades y privilegios de relacionarnos con Jesús. El yo es la cosa más difícil con la cual tengamos que relacionarnos. Al depositar nuestras cargas, no nos olvidemos de depositar el yo a los pies de Cristo.—Carta 57, 1887.
¡Visita En los Lugares Celestiales!
Comentarios
Publicar un comentario