Dejad que Dios os dirija, 31 de julio Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros. Salmos 90:17. https://ift.tt/9ZW7nQg Dios quiere que lo dejéis que os dirija, para que seáis cristianos agradables. El Señor podará los hábitos de carácter naturales y heredados. Contemplad intensamente a Jesús para que captéis su espíritu y adquiráis las cualidades del carácter de Cristo. Entonces los que os rodean reconocerán que habéis aprendido de Cristo su humildad, su afecto, su ternura y su simpatía. No descanséis satisfechos hasta que poseáis un espíritu amante y agradable. Vuestras palabras pueden proceder del buen tesoro del corazón, para fortalecer, ayudar, bendecir y ganar a los que os rodean. ... Otros captan vuestro espíritu. Las semillas que sembramos llevarán una cosecha de bondad, paciencia, benevolencia y amor, o bien exactamente lo opuesto. Muchísimos, necesitan ablandarse. Sed firmes en vuestros principios, fieles a Dios, pero no manifestéis rasgos de carácter duros y faltos de cordialidad. Dios no quiere que incurráis en el desprecio de los demás al manifestar una disposición como una bola de masilla, pero quiere que seáis firmes como la roca en vuestros principios, teniendo sin embargo una saludable suavidad. Estad como el Maestro llenos de gracia y verdad. Jesús era incorruptible, sin contaminación. Sin embargo, en su vida se mezclaban la suavidad, la humildad, la benignidad, la simpatía y el amor. Los más pobres no temían aproximarse a él; no temían ser rechazados. Cada cristiano debería esforzarse por ser lo que era Cristo. El es nuestro Modelo en simpatía y santidad de carácter. Todos deberíamos aprender de Cristo lo que significa ser cristiano. Aprendamos de él cómo combinar la firmeza, la justicia, la pureza y la integridad con la cortesía abnegada y la bondadosa simpatía. Así el carácter se torna amante y atractivo. La hermosura de la santidad desarmará a los burladores.—Carta 53, 1895.
"Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar." Habacuc 2:14 "Entonces el dragón...se fue a hacer guerra contra...los que guardan los mandamientos de Dios y tienen...el espíritu de la profecía." Apoc. 12:17; 19:10
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