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El Cristo Triunfante


La importancia de las tareas cotidianas, 11 de junio “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel”. Lucas 16:10. https://ift.tt/LKT56qb Cuando Eliseo siguió a Elías y viajó con él, su primera responsabilidad fue la de ser un servidor; habría de realizar la humilde tarea de verter agua en las manos de Elías. Y se mantuvo en su humilde tarea hasta el último viaje. Allí se le reveló que Elías habría de ser traspuesto. Eliseo fue llamado mientras araba con doce yuntas de bueyes y siguió a Elías sin queja alguna, dejando tras sí las comodidades de una casa donde era muy querido a fin de asistir al profeta en una vida de incertidumbre. Con plena disposición realizó las tareas más humildes. Su relación con Elías reveló que había en él rasgos de carácter que podrían soportar las pruebas y que era un joven lleno de virtudes. Tuvo pruebas y tentaciones en abundancia, pero manifestó confianza en Dios en medio de circunstancias muy difíciles. Las riquezas y comodidades circundantes eran una tentación. En su hogar fue capaz de gobernar, pero al prestar servicio a Elías habría de obtener experiencia y aprendería a servir bajo la dirección de otro y así sabría cómo servir a Dios. Muchos son los errores que las personas cometen en el desempeño de sus vocaciones. Algunas sobreestiman sus capacidades y cuando son sometidas a prueba revelan que necesitarían una experiencia distinta a la que tuvieron antes de llegar a trabajar junto con Cristo. Las personas que no ven su necesidad de servir a Dios en las cosas pequeñas, realizando tareas humildes, ofrecen evidencias inconfundibles de que no están capacitadas para servir en las responsabilidades mayores. Al descuidar el servicio humilde y considerar que no es esencial, demuestran que no se les pueden confiar mayores responsabilidades. La idea que prevalece en algunas mentes, y que es muy difícil de cambiar, pues se ha entretejido inconscientemente en la trama de la experiencia personal, es que se debe mantener cierta posición de dignidad, pues de lo contrario se podría estropear la influencia en la labor de predicación. Pero cuando aprendan la tarea ministerial, habrán de comprender que el servicio activo y humilde implica interesarse en los deberes de la vida cotidiana y obtener una educación esencial a fin de realizar las tareas ordinarias en cualquier vocación humilde, como ser, cultivar la tierra, arar el terreno, sembrar o cosechar... No se deben descuidar, ni subestimar las humildes y cotidianas tareas de la vida. La verdadera conversión a Dios ha de actuar como una levadura en cada responsabilidad de la vida. Entonces, si el Señor ve que nos desempeñamos con fidelidad en lo muy poco, si somos diligentes y perseverantes en el uso de nuestras facultades físicas, haciendo con nuestras propias manos lo que otro debería hacer, el Señor nos dirá: “Ven. Sube. Se te han confiado responsabilidades mayores”.—Carta 64, 1897.

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