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Sabbath School


Comentarios Elena G.W para las Lecciones de Escuela Sabática @seguidores @destacar Los ruidos misteriosos con los cuales comenzó el espiritismo moderno no fueron el resultado de trucos o habilidades humanos, sino obra directa de ángeles malignos, que de ese modo introdujeron uno de los engaños más eficaces para la destrucción de las almas. Muchos serán entrampados gracias a su opinión de que el espiritismo es solo impostura humana; cuando se enfrenten con manifestaciones evidentemente sobrenaturales serán engañados e inducidos a aceptarlas como el gran poder de Dios. https://ift.tt/kVZG01b Esas personas pasan por alto el testimonio de las Escrituras con respecto a las maravillas realizadas por Satanás y sus instrumentos. Con la ayuda del enemigo los magos de Egipto pudieron falsificar la obra de Dios. El apóstol Juan, al describir el poder milagroso que se manifestará en los últimos días, dice: “También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer”. Apocalipsis 13:13, 14. No se trata aquí de meras imposturas. Se engaña a los hombres mediante los milagros que los instrumentos de Satanás pueden realizar, y no por los que pretenden hacer (La historia de la redención, pp. 413, 414). El profeta Isaías dice: “Y si os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos? ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido”. Isaías 8:19, 20. Si los hombres hubieran estado dispuestos a recibir la verdad tan claramente expuesta en las Escrituras, de que los muertos nada saben, verían en las pretensiones y manifestaciones del espiritismo la obra de Satanás, que obra con poder y señales y prodigios mentirosos (La historia de la redención, p. 416). [L]os santos deben comprender el estado en que se hallan los muertos, porque los espíritus diabólicos se les aparecerán aseverando ser queridos parientes o amigos que les declararán doctrinas contrarias a la Escritura. Harán cuanto puedan para excitar su simpatía y realizarán milagros ante ellos para confirmar sus declaraciones. El pueblo de Dios debe estar preparado para rechazar a estos espíritus con la verdad bíblica de que los muertos nada saben y que los aparecidos son espíritus de demonios. Debemos examinar cuidadosamente el fundamento de nuestra esperanza, porque de las Escrituras hemos de entresacar la razón que hayamos de dar de ella. Este engaño espiritista se difundirá, y tendremos que luchar con él cara a cara, y si no estamos preparados para ello, quedaremos engañados y vencidos. Pero si por nuestra parte hacemos cuanto podamos a fin de prepararnos para afrontar el conflicto que se avecina, Dios hará su parte y nos protegerá con su brazo omnipotente. Enviará a todos los ángeles de la gloria para levantar una valla alrededor de las almas fieles, antes que consentir en que las engañen y extravíen los falaces prodigios de Satanás (Primeros escritos, pp. 262, 263).

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Conozco la Iglesia Adventista desde mi niñez (7 años) y sé que es la Iglesia Verdadera. Lo he sabido desde que mis papás encontraron en la Biblia la verdad del sábado y buscaron la iglesia que respetara los mandamientos de Dios y encontraron a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Desde entonces he tenido la convicción de que la Iglesia Adventista es la Iglesia Verdadera, por cuanto es la única que predica la verdad completa y cumple los dos requisitos que ESTÁN ESCRITOS tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento: ANTIGUO TESTAMENTO: “!!A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.”(Isaías 8:20) NUEVO TESTAMENTO “ Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.” (Apocalipsis 14:12) “Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesu