A Fin de Conocerle


A Fin de Conocerle
El peligro del descuido, 17 de julio Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección: porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. 2 Pedro 1:10. https://ift.tt/izGbrtZ El Redentor del mundo ha dicho: “Escudriñad las Escrituras”. Juan 5:39. En ellas se encuentran abundantes provisiones para las necesidades humanas, y se ponen en juego los motivos más poderosos para influir en la persona para que se arrepienta y obedezca. En ellas, el buscador de la verdad puede leer, contemplar y conmoverse profundamente por lo que un Dios bueno y misericordioso ha hecho y hace continuamente por nosotros. Quedará asombrado de haber tratado con indiferencia el maravilloso amor y el perdón ofrecido, porque comprenderá que para redimir al hombre, Dios dio lo más grande que podía ofrecer. Y si los que son objeto de un amor tan inmenso descuidan la salvación, no hay nada más que el Cielo pueda hacer por ellos. Necesitáis estudiar, contemplar, estos grandes temas para no caer en la indiferencia y endureceros hasta no ceder a las condiciones del maravilloso plan de salvación, y ser demasiado orgullosos para humillaros al comprender vuestra propia condición caída. El Señor ordena a los niños y a los jóvenes que busquen la verdad como tesoro escondido, y que sean atraídos y fascinados por aquello que une lo humano con lo divino. Bien puede preguntar el apóstol: “¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?”. Hebreos 2:3. Solamente una Persona divina podía mediar entre Dios y el hombre. La redención humana es un tema que bien puede exigir hasta el máximo el ejercicio de las facultades mentales. No podemos decirles a los jóvenes o a los de edad madura: No tenéis nada que hacer en esta gran obra. Pedimos un esfuerzo constante. Debéis ser diligentes para asegurar vuestra vocación y elección.—The Youth’s Instructor, 31 de agosto de 1887.
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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374