Ir al contenido principal

El Cristo Triunfante


El Cristo Triunfante
“Mi casa será llamada casa de oración”, 5 de septiembre “Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas”. Mateo 21:12. https://ift.tt/KAMl73J El patio del templo estaba repleto de ganado, ovejas, bueyes y palomas. Alzándose por encima del mugido del ganado vacuno, del balido de las ovejas y del arrullo de las palomas, se podían escuchar las voces de los mercaderes ofreciendo en venta, y al más alto precio, animales y aves a quienes habían venido a la fiesta de la Pascua para ofrecer sacrificios. Jesús dijo: “Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones”. Este acto de Cristo era profundamente significativo, mucho más importante de lo que cualquiera de los observadores podía darse cuenta. Cuando los sacerdotes y fariseos se recuperaron del terror que experimentaron a sus almas culpables por las palabras de Cristo, entonces, regresaron al templo. Ellos no se habían convertido, ni siquiera humillado. Estaban decididos a desafiar a Cristo con respecto a su autoridad para expulsarlos de los atrios del templo y cuando llegaron hasta el santuario descubrieron que una maravillosa obra se había realizado en él durante su ausencia. Los enfermos y moribundos habían recuperado la salud. Estaban asombrados, aunque no por ello habrían de ceder en su terca incredulidad. Habían decidido ejecutar a Cristo y también a Lázaro, aquel que fuera resucitado de los muertos. Porque ellos sabían que la gente seguiría creyendo en Cristo mientras estuviera en medio de ellos uno que por el poder de Jesús había sido levantado de entre los muertos. La evidencia que Cristo había ofrecido, estaba calculada para convencer a cada mente sincera; pero no era ésta la evidencia que ellos [sacerdotes y fariseos] esperaban. Lo que deseaban era que el pueblo rechazara y condenara a Cristo. Cada evidencia adicional en favor del Señor incrementaba la aversión de ellos hacia él. La presencia de Cristo en el mundo realizando esta obra maravillosa y desarrollando una vida de bondad, de abnegación y sacrificio propio, y el mismo hecho de tenerlo entre el pueblo ejerciendo su tierna compasión sobre otros, no era lo que querían. Pero Cristo estaba cumpliendo la misión que el Padre le había encomendado: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor”.—Manuscrito 128, 1899.
¡Visita El Cristo Triunfante!

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA IGLESIA ADVENTISTA NO ES BABILONIA... ¡ES LAODICEA!

Conozco la Iglesia Adventista desde mi niñez (7 años) y sé que es la Iglesia Verdadera. Lo he sabido desde que mis papás encontraron en la Biblia la verdad del sábado y buscaron la iglesia que respetara los mandamientos de Dios y encontraron a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Desde entonces he tenido la convicción de que la Iglesia Adventista es la Iglesia Verdadera, por cuanto es la única que predica la verdad completa y cumple los dos requisitos que ESTÁN ESCRITOS tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento: ANTIGUO TESTAMENTO: “!!A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.”(Isaías 8:20) NUEVO TESTAMENTO “ Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.” (Apocalipsis 14:12) “Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesu