Exaltad a Jesús
El poder del amor de Dios, 22 de septiembre Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; y por ello te vendrá bien. Job 22:21. https://ift.tt/FKdwBWM Dijo Jesús: “El mismo Padre os ama”. Si nuestra fe está fija en Dios, por Cristo, resultará “como segura y firme ancla del alma, y que entra hasta dentro del velo; donde entró por nosotros como precursor Jesús”. Es cierto que vendrán desilusiones; debemos esperar tribulación; pero hemos de confiar todas las cosas, grandes y pequeñas, a Dios. El no se queda perplejo por la multiplicidad de nuestras aflicciones, ni le abruma el peso de nuestras cargas. Su cuidado vigilante se extiende a toda familia y abarca a todo individuo; él se interesa en todos nuestros quehaceres y pesares. Nota toda lágrima; le conmueve el sentimiento de nuestra flaqueza. Todas las aflicciones y pruebas que nos incumben aquí, son permitidas para que realicen sus propósitos de amor hacia nosotros, “para que recibamos su santificación”, y así participemos de aquella plenitud de gozo que se halla en su presencia... La Biblia presenta en los términos más enérgicos, la importancia de obtener un conocimiento de Dios. Dice Pedro: “Gracia y paz os sea multiplicada en el conocimiento de Dios,y de nuestro Señor Jesús”. “Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos sean dadas de su divina potencia, por el conocimiento de aquelque nos ha llamado por su gloria y virtud”. Y la Escritura nos invita: “Amístate ahora con él, y tendrás paz” . Dios nos ha ordenado: “Sed santos, porque yo soy santo”; y un apóstol inspirado declara que sin la santidad “nadie verá al Señor”. La santidad consiste en concordar con Dios. Por el pecado, la imagen de Dios en el hombre ha sido estropeada y casi borrada; es obra del Evangelio restaurar lo que se había perdido; y hemos de cooperar con el agente divino en esta obra. Y ¿cómo podemos volver a estar en armonía con Dios? ¿Cómo recibiremos su semejanza a menos que obtengamos un conocimiento de él? Este conocimiento es lo que Cristo vino a revelarnos. Las opiniones deficientes que tantos han sostenido acerca del exaltado carácter y oficio de Cristo han estrechado su experiencia religiosa y han impedido grandemente su progreso en la vida divina. La religión personal está en un nivel muy bajo entre nosotros como pueblo. Hay mucha forma, mucha maquinaria, mucha religión de la lengua; pero algo más profundo y sólido debe penetrar en nuestra experiencia religiosa... Lo que necesitamos es conocer por experiencia a Dios y el poder de su amor como se revelan en Cristo. Debemos escudriñar las Escrituras diligentemente y con oración; nuestro entendimiento debe ser vivificado por el Espíritu Santo, y nuestro corazón debe elevarse a Dios con fe y esperanza y continua alabanza.—Joyas de los Testimonios 2:339-341.
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