Sabbath School


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Sunday, September 08 Inolvidable Sunday, September 08 Comentarios Elena G.W para las Lecciones de Escuela Sabática https://ift.tt/Lhp2Ddw Ella [María] había oído hablar a Jesús de su próxima muerte, y en su profundo amor y tristeza había anhelado honrarle. A costa de gran sacrificio personal, había adquirido un vaso de alabastro de “nardo líquido de mucho precio” para ungir su cuerpo. Pero muchos declaraban ahora que él estaba a punto de ser coronado rey. Su pena se convirtió en gozo y ansiaba ser la primera en honrar a su Señor. Quebrando el vaso de ungüento, derramó su contenido sobre la cabeza y los pies de Jesús, y llorando postrada le humedecía los pies con sus lágrimas y se los secaba con su larga y flotante cabellera. Había procurado evitar ser observada y sus movimientos podrían haber quedado inadvertidos, pero el ungüento llenó la pieza con su fragancia y delató su acto a todos los presentes… El don fragante que María había pensado prodigar al cuerpo muerto del Salvador, lo derramó sobre él en vida. En el entierro, su dulzura solo hubiera llenado la tumba, pero ahora llenó su corazón con la seguridad de su fe y amor… Y cuando [Jesús] penetró en las tinieblas de su gran prueba, llevó consigo el recuerdo de aquel acto, anticipo del amor que le tributarían para siempre aquellos que redimiera (El Deseado de todas las gentes, pp. 513, 514). Satanás había engañado a Judas y le había inducido a considerarse como uno de los verdaderos discípulos de Cristo; pero su corazón había sido siempre carnal. Había visto las potentes obras de Jesús, había estado con él durante todo su ministerio, y se había rendido a la suprema evidencia de que era el Mesías; pero Judas era mezquino y codicioso. Amaba el dinero. Lamentóse con ira de lo mucho que había costado el ungüento que María derramó sobre Jesús… Para excusar su codicia, dijo Judas que bien podía haberse vendido aquel ungüento y repartido el dinero entre los pobres. Pero no lo movía a decir esto su solicitud por los pobres, porque era muy egoísta, y solía apropiarse en provecho propio de lo que a su cuidado se confiaba para darlo a los pobres. Judas no se había preocupado de la comodidad ni aun de las necesidades de Jesús, y disculpaba su codicia refiriéndose a menudo a los pobres. Aquel acto de generosidad de parte de María fue un acerbo reproche contra la disposición avarienta de Judas. Estaba preparado el camino para que la tentación de Satanás hallara fácil acceso al corazón de Judas (Primeros escritos, p. 165). Sabía Judas cuán ansiosos estaban los príncipes de los sacerdotes de apoderarse de Jesús, y ofrecióles entregárselo por unas cuantas monedas de plata. Su amor al dinero lo indujo a entregar a su Señor en manos de sus más acérrimos enemigos. Satanás obraba directamente por medio de Judas, y durante las conmovedoras escenas de la última cena, el traidor ideaba planes para entregar a su Maestro (Primeros escritos, p. 166).
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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374