Cada Día con Dios


Cada Día con Dios
La comisión divina, 15 de octubre https://ift.tt/W62FzBU Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Mateo 28:18, 19. A Cristo, y sólo a él, se le da derecho y autoridad sobre todas las cosas. Los que pongan su confianza en él, y mantengan su profesión de fe firme hasta el fin, serán protegidos. Como discípulos de Cristo, como colaboradores suyos, debiéramos actuar íntimamente unidos. Algunos se convierten a la verdad de una manera, y a otros se los puede alcanzar mediante la aplicación de un método diferente. Por eso los obreros deben trabajar, unos en una forma, otros en otra, pero íntimamente unidos. A cada cual se le asigna su tarea. Los que critican a sus compañeros de labor abren una puerta por la cual puede entrar el enemigo. ¿Puede haber algo más triste que ver a un hermano que trabaja en contra de su hermano, que manifiesta sospechas y dudas acerca de la sinceridad del otro? Hay lugar para que todos empleemos los talentos que Dios nos ha concedido. Todos estamos trabajando con el único propósito de inspirar fe en la Palabra divina. Por lo tanto, cada cual administre su lengua y obre de tal modo que pueda estar en armonía con los que trabajan con el mismo fin... Asegúrense aquellos a quienes se ha confiado la tarea de enseñar la Palabra de Dios, que están bajo el dominio del que afirmó: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”. Su comisión a sus discípulos incluye las siguientes palabras: “Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado”. Vers. 20. Nadie está autorizado para considerar que su propia opinión es la norma a la cual se tienen que someter todos los demás... El glorioso Evangelio, el mensaje del amor redentor de Dios, debe llegar a toda la gente, y se debe manifestar en el corazón de los obreros. El tema de la gracia salvadora es un antídoto para la aspereza de espíritu. El amor de Cristo en el corazón se manifestará mediante una obra ferviente en favor de la salvación de las almas... Sea presentado el Evangelio como la Palabra de Dios para vida y salvación. El Evangelio será ensalzado mediante la manifestación de un espíritu que obra por amor. “¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz”. Isaías 52:7.—Carta 318, del 15 de octubre de 1906, dirigida a los hermanos y hermanas de Nashville y Madison.
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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374