La Maravillosa Gracia de Dios


La Maravillosa Gracia de Dios
La meta está a la vista, 30 de noviembre Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Filipenses 3:14. https://ift.tt/jD3TfKl “¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno sólo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible”. 1 Corintios 9:24, 25. Los que participaban en la carrera para obtener la rama de laurel que se consideraba un honor especial, eran temperantes en todas las cosas, de manera que sus músculos, su cerebro, cada órgano de ellos estuviera en las mejores condiciones para correr... Sólo uno recibía el premio. Pero en la carrera celestial todos pueden correr y todos reciben el premio. No hay incertidumbre ni riesgo en el asunto. Debemos revestirnos de las gracias celestiales, y con el ojo puesto en lo alto, en la corona inmortal, mantener al Modelo siempre delante de nosotros... Debemos mantener constantemente frente a nosotros la vida humilde y abnegada de nuestro divino Señor. Entonces, al tratar de imitarlo, manteniendo nuestra vista fija en el premio, podemos correr esta carrera con seguridad.—Testimonies for the Church 2:357, 358. Si paganos, que no estaban bajo el dominio de una conciencia iluminada, que no tenían el temor de Dios delante de ellos, estaban dispuestos a someterse a privaciones y a la disciplina de la preparación, negándose toda complacencia meramente por una rama de sustancia perecedera y el aplauso de la multitud, cuánto más dispuestos deberían estar los que corren la carrera cristiana con la esperanza de la inmortalidad y de la aprobación del alto Cielo, a negarse a sí mismos el uso de estimulantes malsanos y de complacencias que degradan la moral, debilitan el intelecto y someten las facultades superiores a los apetitos y las pasiones animales... Con profundo interés señalan Dios y los ángeles celestiales, la abnegación, el sacrificio propio y los esfuerzos agonizantes de los que se disponen a correr la carrera cristiana... La carrera no es insegura para todos aquellos que se conforman plenamente con las condiciones de la Palabra de Dios y tienen sentido de su responsabilidad de preservar el vigor físico y la actividad del cuerpo.—Ibid. 4:34, 35.
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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374