Cada Día con Dios


Cada Día con Dios
Perfecta conformidad con la voluntad de Dios, 29 de diciembre Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. Hebreos 13:8. https://ift.tt/LHcoO8S Mis hermanos y hermanas: Necesitamos tener delante de nosotros el ejemplo de la perfección de Cristo. Cuando permitimos que nuestras mentes se concentren en las imperfecciones de los demás, nuestras propias almas se contaminan con la levadura del mal. Al tratar de presentar al mundo la verdad para este tiempo, enfrentaremos muchas dificultades, pero si mantenemos el corazón y la mente fijos en el precioso Salvador y hablamos de su amor y su poder, las perplejidades pasarán y nos sentiremos felices con la seguridad del amor del Señor. No dependemos del mundo y sus veleidades. Aquel en quien mora la plenitud de la divinidad corporalmente; y en quien se halla oculta la sabiduría y el conocimiento, es la corona de nuestro regocijo, nuestra paz, nuestro poder, nuestra satisfacción. Regocijémonos, entonces, no importa qué ocurra, tanto fuera como dentro de nosotros. Debemos obtener esa medida de la gracia de Cristo que ha de capacitarnos para morar juntos en amor y unidad en esta vida, pues en caso contrario no podremos morar juntos en la vida venidera. Estoy tratando de mostrar a nuestros hermanos la necesidad de la unidad por la cual Cristo oró. El alma debe poseer plenamente el poder y la autoridad de la Palabra de Dios. Cristo, el ejemplo perfecto, siempre está delante de nosotros. Debemos buscar en él la gracia y el poder para vencer cada falta. Debemos estar listos para el gran día de Dios al poner en práctica cotidianamente en nuestra vida los principios perfectos que nos presentó Cristo mediante su existencia. Nos ha llamado para que seamos sus representantes. Somos hijos de Dios. Mediante la adopción espiritual hemos llegado a ser sus hijos e hijas. Debemos vivir de acuerdo con su voluntad para representarlo mediante nuestra vida y nuestro carácter. La perfecta conformidad con la voluntad de Dios es la condición a partir de la cual se nos da la vida eterna... Dios los bendiga, mi hermano y mi hermana, y los guíe por medio del conocimiento de su Palabra hasta que lleguen a tener una perfecta comprensión de su voluntad con respecto a ustedes.—Carta 96, del 29 de diciembre de 1911, dirigida al Hno. J. J. Gravelle y Sra., miembros de iglesia de Dakota del Norte.
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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374