
Sabbath School
Wednesday, December 11 El Espíritu Santo Comentarios Elena G.W https://ift.tt/NjRSbcP El Espíritu Santo se da como agente regenerador, para hacer efectiva la salvación obrada por la muerte de nuestro Redentor. El Espíritu Santo está tratando constantemente de llamar la atención de los hombres a la gran ofrenda hecha en la cruz del Calvario, de exponer al mundo el amor de Dios, y abrir al alma arrepentida las cosas preciosas de las Escrituras. Después de convencer de pecado, y de presentar ante la mente la norma de justicia, el Espíritu Santo quita los afectos de las cosas de esta tierra, y llena el alma con un deseo de santidad. “Él os guiará a toda verdad” (Juan 16:13), declaró el Salvador. Si los hombres están dispuestos a ser amoldados, se efectuará la santificación de todo el ser. El Espíritu tomará las cosas de Dios y las imprimirá en el alma. Mediante su poder, el camino de la vida será hecho tan claro que nadie necesite errar (Los hechos de los apóstoles, p. 43). El Espíritu Santo nos reconoce y nos guía a toda la verdad. Dios ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él crea no perezca, sino que tenga vida eterna. Cristo es el Salvador del pecador. La muerte de Cristo ha redimido al pecador. Esta es nuestra única esperanza. Si nos entregamos completamente, y practicamos las virtudes de Cristo, ganaremos el premio de la vida eterna. “El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre”. El que tiene fe constante en el Padre y en el Hijo, tiene también al Espíritu. El Espíritu Santo es suyo, y nunca se aparta de la verdad (Bible Training School, 1o de marzo, 1906). Como testigo de Cristo, Juan no entró en controversias ni en fastidiosas disputas. Declaró lo que sabía, lo que había visto y oído. Estuvo asociado íntimamente con Cristo, oyó sus enseñanzas y fue testigo de sus poderosos milagros. Pocos pudieron ver las bellezas del carácter de Cristo como Juan las vio. Para él las tinieblas habían pasado; sobre él brillaba la luz verdadera. Su testimonio acerca de la vida y muerte del Señor era claro y eficaz. Hablaba con un corazón que rebosaba de amor hacia su Salvador; y ningún poder podía detener sus palabras. “Lo que era desde el principio —declaró—, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos mirado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida… lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros: y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo”. Asimismo puede todo creyente estar capacitado, por medio de su propia experiencia, para afirmar “que Dios es verdadero”. Juan 3:33. Puede testificar de lo que ha visto, oído y sentido del poder de Cristo (Los hechos de los apóstoles, pp. 443, 444).
¡Visita Sabbath School!
Wednesday, December 11 El Espíritu Santo Comentarios Elena G.W https://ift.tt/NjRSbcP El Espíritu Santo se da como agente regenerador, para hacer efectiva la salvación obrada por la muerte de nuestro Redentor. El Espíritu Santo está tratando constantemente de llamar la atención de los hombres a la gran ofrenda hecha en la cruz del Calvario, de exponer al mundo el amor de Dios, y abrir al alma arrepentida las cosas preciosas de las Escrituras. Después de convencer de pecado, y de presentar ante la mente la norma de justicia, el Espíritu Santo quita los afectos de las cosas de esta tierra, y llena el alma con un deseo de santidad. “Él os guiará a toda verdad” (Juan 16:13), declaró el Salvador. Si los hombres están dispuestos a ser amoldados, se efectuará la santificación de todo el ser. El Espíritu tomará las cosas de Dios y las imprimirá en el alma. Mediante su poder, el camino de la vida será hecho tan claro que nadie necesite errar (Los hechos de los apóstoles, p. 43). El Espíritu Santo nos reconoce y nos guía a toda la verdad. Dios ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él crea no perezca, sino que tenga vida eterna. Cristo es el Salvador del pecador. La muerte de Cristo ha redimido al pecador. Esta es nuestra única esperanza. Si nos entregamos completamente, y practicamos las virtudes de Cristo, ganaremos el premio de la vida eterna. “El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre”. El que tiene fe constante en el Padre y en el Hijo, tiene también al Espíritu. El Espíritu Santo es suyo, y nunca se aparta de la verdad (Bible Training School, 1o de marzo, 1906). Como testigo de Cristo, Juan no entró en controversias ni en fastidiosas disputas. Declaró lo que sabía, lo que había visto y oído. Estuvo asociado íntimamente con Cristo, oyó sus enseñanzas y fue testigo de sus poderosos milagros. Pocos pudieron ver las bellezas del carácter de Cristo como Juan las vio. Para él las tinieblas habían pasado; sobre él brillaba la luz verdadera. Su testimonio acerca de la vida y muerte del Señor era claro y eficaz. Hablaba con un corazón que rebosaba de amor hacia su Salvador; y ningún poder podía detener sus palabras. “Lo que era desde el principio —declaró—, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos mirado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida… lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros: y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo”. Asimismo puede todo creyente estar capacitado, por medio de su propia experiencia, para afirmar “que Dios es verdadero”. Juan 3:33. Puede testificar de lo que ha visto, oído y sentido del poder de Cristo (Los hechos de los apóstoles, pp. 443, 444).
¡Visita Sabbath School!
Comentarios
Publicar un comentario