En los Lugares Celestiales

Manantiales en el desierto, 21 de agosto El justo florecerá como la palmera; crecerá como cedro en el Líbano. Salmos 92:12. https://ift.tt/87s5CPD Ved al fatigado viajero afanándose por la caliente arena del desierto, sin resguardo que lo proteja de los rayos del sol tropical. Su provisión de agua se ha agotado y no tiene nada con que calmar su ardiente sed. Su lengua comienza a hincharse. Se tambalea como un ebrio. Visiones del hogar y los amigos pasan delante de su mente, pues cree estar próximo a perecer. Repentinamente ve a la distancia, elevándose por sobre la triste arenosa vastedad, una palmera, verde y floreciente. La esperanza acelera su pulso. Avanza sabiendo que aquello que da vigor y frescura a la palmera refrescará su sangre febril y le dará renovada vida. Así como la palma del desierto es guía y consuelo para el desfallecido viajero, igualmente lo es el cristiano para el mundo. Está para conducir hasta el agua de vida a las almas cansadas, llenas de desasosiego y a punto de perecer en el desierto del pecado. Está para señalar a sus semejantes a Aquel que hace a todos la invitación: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba”. El cielo puede parecer inclemente, la quemante arena puede castigar las raíces de la palmera y amontonarse en su tronco; sin embargo, el árbol sobrevive, fresco y vigoroso. Removed la arena y descubriréis el secreto de su vida: sus raíces penetran bien profundamente dentro de las [corrientes de] aguas escondidas en la tierra. Lo mismo sucede con el cristiano. Su vida está escondida con Cristo en Dios. Jesús es para él un manantial de agua que brota para vida eterna ... Y, en medio de toda la corrupción del mundo, es fiel y leal a Dios... Los semblantes de los hombres y las mujeres que caminan y trabajan con Dios expresan la paz del cielo. Están circundados de la atmósfera celestial. Para estas almas, el reino de Dios ha comenzado. Tienen el gozo de Cristo.—The Watchman, 5 de mayo de 1908.
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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374