Nuestra Elevada Vocacion

Cultivando el espíritu de Jesús, 21 de agosto Sufriéndoos los unos a los otros, y perdonándoos los unos a los otros si alguno tuviere queja del otro: de la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Colosenses 3:13. https://ift.tt/dTmp970 En este mundo encontraremos personas de diferentes opiniones y temperamentos, y debéis considerar que ellas no difieren más de vosotros que lo que vosotros diferís de ellas. ... Debemos cultivar la paciencia, la amabilidad, la bondad y el amor, y mantenernos unidos por el vínculo de la fraternidad. Que el querido Salvador sea un huésped bienvenido en vuestro corazón. Si Cristo mora en vuestro corazón, manifestaréis a Cristo en vuestras palabras, la ley de bondad estará en vuestras lenguas, y tendréis paz interior. Entonces todo estará en paz afuera, y en vuestro corazón habrá melodías para Dios.—Carta 64, 1888, pp. 4, 5. Hay una bienaventuranza para los pacificadores. ... ¡Ojalá que el Señor me imbuya de su Santo Espíritu, para que yo sea siempre lo que Cristo llama un pacificador! No me gusta el ambiente de dificultades y contenciones. Yo quiero poder decir la oración del Señor: “Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”. Oh, ¿cómo podemos pronunciar esta oración y no ser capaces de perdonar?. ... El juzgar a nuestros hermanos, el permitirnos abrigar sentimientos contra ellos, aun cuando pensemos que no nos han hecho un bien, no traerá bendición a nuestros corazones y no ayudará en ningún caso. No me atrevo a permitir que mis sentimientos se alimenten con todas mis aflicciones y que las repitan una vez y otra, y que se espacien en la atmósfera de la desconfianza, la enemistad y la disensión. ... Hay luz en seguir a Jesús, en hablar de Jesús, en amar a Jesús, y yo no permitiré que mi mente hable o piense mal de mis hermanos. “De cierto os digo—dijo Cristo—que en cuanto lo hicisteis a uno de éstos mis hermanos pequeñitos, a mí lo hicisteis”. Mateo 25:40. No quiero sentir falta de bondad u hosquedad hacia nadie. No quiero ser una acusadora de mis hermanos. Satanás procurará conducir mi mente hacia eso, pero no puedo hacerlo. Quiero tener el Espíritu perdonador de Jesús.—Carta 74, 1888.
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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374