Innumerables
bendiciones, 5 de febrero
Aguarda
a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová. Salmos 27:14. CDCD
42.1
Tenga
buen ánimo, hermana mía. Un poco más, y ya veremos a Jesús. “No se turbe
vuestro corazón -le dijo a sus discípulos-; creéis en Dios, creed también en
mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo
hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os
preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo
estoy, vosotros también estéis”. Juan 14:1-3. CDCD 42.2
Anime
su corazón en el Señor. Me regocijo en las brillantes perspectivas del futuro y
lo mismo puede hacer usted. Tengamos buen ánimo, y alabemos al Señor por su
misericordia hacia los hijos de los hombres. No mire hacia el lado sombrío de
las cosas. Tenga fe en Dios. Somos propiedad de Cristo; recordemos que nos ama
y que es nuestro ayudador y nuestro Dios. CDCD 42.3
Anoche
estuve despierta mucho tiempo. Estaba perturbada y ansiosa, porque sé que
muchos pasan por pruebas y tentaciones, y estaba buscando la manera de
ayudarles a mirar a Jesús y consolar sus corazones con su amor. Pensaba: “¡Oh,
si pudiera asirme de la mano de Cristo y escuchar su voz mientras estoy aquí
despierta, orando por mí misma y mucho más por los que están pasando por
tentaciones y pruebas!” No pude dormir después de la una. Me sentía muy apenada
porque quería escribir hoy, y se me ocurría que no iba a poder hacerlo si no
lograba dormir. Pero me levanté a las dos y me vestí, encendí el fuego y antes
del desayuno escribí muchas páginas. He escrito muchas páginas después del
desayuno también y no he sentido sueño en absoluto. CDCD
42.4
Agradezcamos
a Dios por cada favor; tratemos de ser cristianos resplandecientes. Voy a
encomendar al cuidado del Señor las almas por las cuales me preocupo, temerosa
de que no serán capaces de resistir hasta el fin. Lo que es divinamente
verdadero brillará en medio de las tinieblas morales, porque la luz de Cristo
lo ilumina. A él debemos constante alabanza y gratitud, porque somos guardados
gracias a su poder por medio de la fe. No nos podemos guardar a nosotros
mismos. CDCD 42.5
Tenga
buen ánimo. El Señor la ama y se compadece de todas sus debilidades. Con
seguridad la fortalecerá y bendecirá con tal que confíe en él. El corazón del
Dios infinito no se satisfaría con una bendición menor para los que aman a
Jesús que la que proporciona a su propio Hijo.—Carta 57, del 5 de febrero de 1905, dirigida a
la esposa del pastor A. J. Breed. CDCD 42.6
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