Recibiréis Poder


La juventud recibe poder para vencer, 14 de mayo https://ift.tt/qZM46Xx Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Eclesiastés 11:9. Al someternos a Dios, obtendremos grandes ventajas. Si tenemos debilidades de carácter, como de hecho pasa con todos, debemos unirnos a Uno que es poderoso para salvar. Nuestra ignorancia se unirá a la sabiduría infinita, nuestra fragilidad a la potencia perdurable y, a semejanza de Jacob, todos podemos llegar a ser príncipes con Dios. Al relacionarnos con el Señor Dios de Israel, recibiremos el poder de lo alto que nos capacitará para ser vencedores y, como depositarios del amor divino, tendremos acceso al corazón de la gente. Aunque trémulos, necesitamos aferrarnos al trono del Infinito para decirle: “No te dejaré, si no me bendices”. Génesis 32:26. Se nos asegura que Dios nos bendecirá, y que llegaremos a ser una bendición para los demás, porque él es nuestra luz, nuestro regocijo y nuestro triunfo. Cuando los jóvenes entiendan lo que significa contar con el favor y con el amor del Señor en el corazón, van a darse cuenta del valor que tiene el privilegio de haber sido comprados por su sangre. Como resultado, consagrarán sus dones a Dios, y se esforzarán con todas las energías que recibieron de lo alto para aumentar sus talentos con el propósito de utilizarlos en el servicio del Maestro. En medio del pecado y del crimen que nos rodea, la única seguridad para los jóvenes reside en tener una relación personal con Dios. Deben aprender a buscarlo para poder ser investidos con el Espíritu Santo, y actuar sabiendo que una hueste celestial está observándolos, dispuesta a asistirlos con toda solicitud en tiempo de peligro y necesidad. La juventud debe estar cercada con las barricadas de las amonestaciones e instrucciones que hay contra la tentación. Necesita ser enseñada a saber en qué consiste el estímulo que proporciona la Palabra de Dios. Los jóvenes deben tener un claro concepto de los peligros que implica dar un paso en la senda del mal. Tienen que ser educados para estimar los consejos que Dios tiene en sus sagrados oráculos. Hay que enseñarles a tomar decisiones en contra del mal, y a adoptar la determinación de no entrar en ninguna senda en la que no puedan esperar la compañía de Jesús o que su bendición los sostenga.—The Review and Herald, 21 de noviembre de 1893.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374