El Cristo Triunfante


Todos pueden conocer a Dios el padre, 2 de agosto “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe... es don de Dios”. Efesios 2:8. https://ift.tt/r135zP0 Jesucristo es nuestra piedra de toque espiritual. El revela al Padre.... La mente debe estar preparada para apreciar el trabajo y las palabras de Cristo, porque él vino del cielo para despertar un deseo por el pan de vida y para darlo a todos los que tienen hambre del conocimiento espiritual. La inspiración declara que su misión era predicar el Evangelio a los pobres y proclamar el año aceptable del Señor. Su Palabra proclamó que él traería justicia a la tierra y que las islas esperarían por su ley; que los gentiles vendrían a su luz y que los reyes andarían al resplandor de su nacimiento. Este era el Mensajero del Pacto venidero, el Hijo de Justicia que habría de venir al mundo. Adán y Eva fueron creados a la imagen de Dios. Pero Satanás trabajó constantemente con el fin de destruir esa similitud con la divinidad. La santa pareja cayó ante la tentación y así se destruyó la imagen de Dios. Cristo se puso a trabajar nuevamente. El habría de recrear a los seres humanos. Cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo. ¡Escuchad, oh cielos, asómbrese la tierra! El Instructor señalado viene y no es otro que el Hijo de Dios; su divinidad estaba revestida por la humanidad. Cristo vino a revelar perfección en medio de la imperfección de un mundo corrompido por la desobediencia y el pecado. La Palabra eterna se manifestó en forma humana trayendo consigo toda la sanidad y la eficacia. El Señor trajo el pan de vida, que, de ser recibido, ha de ser para nosotros como el árbol de la vida. La Palabra inspirada dice de este Maestro: “Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las cosas que os hable; y toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo”. La pregunta acerca de cómo podemos lograr un conocimiento de Dios es para todos una pregunta de vida o muerte. Lea la oración de Cristo al Padre, que no intentaba ser únicamente una lección en la educación de sus discípulos, sino que fue dada para el beneficio de quienes habrían de leer los escritos inspirados. “Padre—dijo él—, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”.—Manuscrito 15, 1898.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374