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El Cristo Triunfante


Dos discípulos que fueron de la desesperación a la esperanza, 15 de octubre https://ift.tt/NRnH9ay “Y he aquí, dos de ellos iban el mismo día a una aldea llamada Emaús, que estaba a sesenta estadios de Jerusalén. E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido”. Lucas 24:13, 14. El primer día de la semana después de la crucifixión del Señor, los discípulos contaban con todos los elementos para que sus corazones se regocijaran. Pero este día no fue un día de gozo. Para algunos fue un día de incertidumbre, de confusión y de perplejidad... El grupo de mujeres trajo las noticias que... informaban que Cristo había resucitado de los muertos y que se lo había visto vivo en el huerto. Sin embargo, los discípulos no daban crédito a esta información. Sus esperanzas habían muerto con Cristo. Y cuando recibieron las nuevas de su resurrección, resultó algo tan diferente de lo que habían anticipado que no podían creerlas... A partir del testimonio de ciertos testigos oculares, los discípulos habían logrado armar una secuencia de los episodios del viernes. Hubo algunos que habían contemplado las escenas de la crucifixión. En la tarde del primer día de la semana, dos discípulos, preocupados y tristes, decidieron regresar a Emaús, una pequeña población a unos trece kilómetros de Jerusalén... No habían avanzado mucho en su viaje cuando se les unió un extraño. Estaban tan absortos en la oscuridad y la desilusión que los embargaba que no atinaron a observarlo detenidamente. Continuaron conversando y expresando los pesares de sus corazones... Jesús sabía que estaban aferrados a él con todo su amor y anhelaba tomarlos en sus brazos y enjugar sus lágrimas, renovando la alegría y el regocijo en sus corazones. Pero, antes debía darles una lección que no habrían de olvidar... Aquellos discípulos le dijeron cuán desilusionados estaban por la suerte de su Maestro y le narraron “cómo le entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y le crucificaron”. Con sus corazones heridos por la frustración y labios temblorosos, dijeron: “Nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel y ahora, además de todo esto, es ya el tercer día que todo esto ha acontecido”... ¿Por qué razón los discípulos olvidaron las palabras de Cristo y no comprendieron que los eventos habían acaecido como fueron predichos? ¿Por qué no comprendieron que la última parte de su revelación se habría de cumplir como la primera y que al tercer día resucitaría? Esto es lo que debían haber recordado. Sin embargo, los sacerdotes y los gobernantes no olvidaron este aspecto. “Al día siguiente, que es después de la preparación, se reunieron los principales sacerdotes y los fariseos, ante Pilato, diciendo: Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres días resucitaré”.—Manuscrito 113, 1897.

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