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Sabbath School


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Comentarios Elena G.W para la Escuela Sabática https://ift.tt/X1iVwTN Los moradores de la llanura de Sinar establecieron su reino para su exaltación propia, no para la gloria de Dios. Si hubieran tenido éxito, hubiera nacido un imperio poderoso, que, proscribiendo la justicia, inauguraría una nueva religión. El mundo se hubiera desmoralizado... Pero Dios nunca deja al mundo sin testigos suyos. En esa época había hombres que se humillaban ante Dios y oraban a él. “Oh, Señor”, rogaban, “interpónte entre tu causa y los planes y métodos del hombre”… De repente, la obra que había estado avanzando tan prósperamente fue interrumpida. Fueron enviados ángeles para anular los propósitos de los edificadores… Esto produjo confusión y consternación. Toda la obra se detuvo… “Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra”. Esta dispersión obligó a los hombres a poblar la tierra, y el propósito de Dios se alcanzó por el medio empleado por ellos para evitarlo. En nuestros días el Señor desea que su pueblo sea dispersado por toda la tierra. No deben colonizar. Jesús dijo: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”. Marcos 16:15 (Conflicto y valor, p. 43). El mundo caído es el campo de batalla del mayor conflicto que el universo celestial y los poderes de la tierra hayan presenciado jamás. Fue señalado como el escenario en el cual se libraría la mayor lucha entre el bien y el mal, entre el cielo y el infierno. Todo ser humano desempeña una parte en este conflicto. Nadie puede permanecer en terreno neutral. Los hombres pueden aceptar o rechazar al Redentor del mundo. Todos son testigos, en favor o en contra de Cristo. Cristo llama a los que se alistan bajo su estandarte para que entren con él en el conflicto como fieles soldados, para que puedan heredar la corona de la vida. Han sido adoptados como hijos e hijas de Dios. Cristo les ha dejado su promesa segura de que habrá un gran galardón en el reino de los cielos para que participen en su humillación y sufrimientos por causa de la verdad (Hijos e hijas de Dios, p. 244). El fiel embajador de Cristo no se avergüenza de la bandera de la cruz. No deja de proclamar la verdad por impopular que sea. En todo lugar, a tiempo y fuera de tiempo, proclama las buenas nuevas de la salvación. Los misioneros de Dios son llamados a enfrentar peligros, a soportar privaciones y a sufrir vituperio por causa de la verdad. Pero en medio de los peligros, de las privaciones y del vituperio, aun deben mantener en alto la bandera… Estos testigos de los últimos días son osados soldados de Jesucristo. Han gustado los poderes del mundo por venir. Sus pies no están en arenas movedizas sino sobre la roca sólida. No son alejados fácilmente de la fe una vez dada a los santos. Serán fortalecidos por su Dirigente para enfrentar las dificultades. Son mensajeros de justicia, representantes de Cristo que revelan los triunfos de la gracia (Reflejemos a Jesús, p. 339).
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Conozco la Iglesia Adventista desde mi niñez (7 años) y sé que es la Iglesia Verdadera. Lo he sabido desde que mis papás encontraron en la Biblia la verdad del sábado y buscaron la iglesia que respetara los mandamientos de Dios y encontraron a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Desde entonces he tenido la convicción de que la Iglesia Adventista es la Iglesia Verdadera, por cuanto es la única que predica la verdad completa y cumple los dos requisitos que ESTÁN ESCRITOS tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento: ANTIGUO TESTAMENTO: “!!A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.”(Isaías 8:20) NUEVO TESTAMENTO “ Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.” (Apocalipsis 14:12) “Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesu