Finalmente, la verdad triunfará, 27 de marzo https://ift.tt/fp2AXIw “No será quitado el cetro de Judá, ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga Siloh; y a él se congregarán los pueblos”. Génesis 49:10. Hay enemistad entre Cristo y sus seguidores y Satanás y sus súbditos. El gran conflicto entre el Príncipe de la vida y el príncipe de las tinieblas se ha venido desarrollando y se ha fortalecido en cada nueva generación. Realmente ardua ha sido la lucha entre el bien y el mal, entre la verdad y el error, entre el reino de la luz y el reino de la oscuridad. La verdad ha luchado contra el error y el error contra la verdad. Este conflicto ha existido por miles de años... La verdad como es en Jesús alcanzará la victoria que predijo la profecía; pero según todas las apariencias humanas, el error superará a la verdad. La mayor parte de la raza humana será arrastrada a la idolatría. Exaltarán lo que Cristo no ha exaltado y se afanarán por derribar la gran norma de la justicia divina... “El que práctica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio”. Se hace referencia a Satanás como el originador del pecado. “Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo”. La primera derrota de Satanás ocurrió cuando no logró vencer a Cristo en el desierto de la tentación... “No será quitado el cetro de Judá, ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga Siloh; y a él se congreguen los pueblos”. Esta profecía fue pronunciada por Jacob cuando agonizaba y estaba dirigida a sus hijos. Pesó en las generaciones futuras y se cumplió únicamente en la venida de Cristo. Él es el Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra profesión. El cetro es el bastón de mando que portaban los jefes y gobernantes como un signo de su autoridad... “No será quitado el cetro de Judá”. La insignia de su estatus de tribu habría de permanecer. No dejaría Judá de ser una tribu distinguida hasta la venida de Siloh... Y mantendría la supremacía a través de todas sus adversidades hasta la primera venida de Cristo. Sería una tribu bien definida hasta la venida de Siloh. Esta profecía del agonizante Jacob fue emitida casi mil setecientos años antes de la muerte de Cristo. Cristo mismo habría de descorrer el velo que el ojo profético de Jacob había trazado de la historia de su progenie.. El vio un maravilloso Consejero que surgiría en medio de esta tribu. Era la simiente prometida, Siloh, el Enviado de Dios, que habría de establecer el reino espiritual. Jacob vio el momento cuando el cetro ya no estaría más en las manos de Judá. Ahora las naciones se reunirían bajo el estandarte de Cristo. Cuando los judíos se presentaron ante Pilato para asegurar la condena de Jesús, le dijeron: “No tenemos más rey que César”. Y, de este modo, confesaron que el cetro ya no estaba en manos de Judá.—Manuscrito 110, 1897.
"Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar." Habacuc 2:14 "Entonces el dragón...se fue a hacer guerra contra...los que guardan los mandamientos de Dios y tienen...el espíritu de la profecía." Apoc. 12:17; 19:10
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