Hijos e Hijas de Dios
Guardo los mandamientos, 10 de mayo Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Juan 15:10. https://ift.tt/h1zb0y2 Cristo fue un representante ante los hombres y los ángeles del carácter del Dios del cielo. Demostró el hecho de que si la humanidad depende plenamente de Dios, los hombres pueden guardar los mandamientos y vivir, y su ley llega a ser como la niña del ojo.—STM 3, 59. El ejemplo de Cristo reviste autoridad para cada hijo e hija de Adán. El manifestó la ley de Dios en su vida, dando a los hombres un ejemplo de lo que puede realizar para la naturaleza humana la obediencia a cada precepto. El es nuestro ejemplo, y de todo el que esté dotado de facultades de raciocinio se requiere que siga en sus pisadas; porque su vida es un modelo perfecto para toda la humanidad. Cristo es la norma completa de carácter que todos pueden alcanzar si participan de la naturaleza divina. “Y en él estáis cumplidos”. ¿Cómo anduvo el Redentor del mundo? No sencillamente complaciéndose a sí mismo, sino para glorificar a Dios al obrar las obras de Dios y elevar al hombre caído que había sido hecho a imagen de Dios. Por precepto y ejemplo enseñó el camino de la justicia, manifestando el carácter de Dios y dando al mundo una norma perfecta de excelencia moral en la humanidad. Los dos grandes preceptos de la ley deben regular la conducta de todos los seres humanos. Esta fue la lección que Jesús enseñó por precepto y ejemplo. Dijo a la gente: “Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón,... y a tu prójimo como a ti mismo”. El Señor Dios del cielo requiere de las inteligencias humanas amor y culto supremos.—The Youth’s Instructor, 18 de octubre de 1894.
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Guardo los mandamientos, 10 de mayo Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Juan 15:10. https://ift.tt/h1zb0y2 Cristo fue un representante ante los hombres y los ángeles del carácter del Dios del cielo. Demostró el hecho de que si la humanidad depende plenamente de Dios, los hombres pueden guardar los mandamientos y vivir, y su ley llega a ser como la niña del ojo.—STM 3, 59. El ejemplo de Cristo reviste autoridad para cada hijo e hija de Adán. El manifestó la ley de Dios en su vida, dando a los hombres un ejemplo de lo que puede realizar para la naturaleza humana la obediencia a cada precepto. El es nuestro ejemplo, y de todo el que esté dotado de facultades de raciocinio se requiere que siga en sus pisadas; porque su vida es un modelo perfecto para toda la humanidad. Cristo es la norma completa de carácter que todos pueden alcanzar si participan de la naturaleza divina. “Y en él estáis cumplidos”. ¿Cómo anduvo el Redentor del mundo? No sencillamente complaciéndose a sí mismo, sino para glorificar a Dios al obrar las obras de Dios y elevar al hombre caído que había sido hecho a imagen de Dios. Por precepto y ejemplo enseñó el camino de la justicia, manifestando el carácter de Dios y dando al mundo una norma perfecta de excelencia moral en la humanidad. Los dos grandes preceptos de la ley deben regular la conducta de todos los seres humanos. Esta fue la lección que Jesús enseñó por precepto y ejemplo. Dijo a la gente: “Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón,... y a tu prójimo como a ti mismo”. El Señor Dios del cielo requiere de las inteligencias humanas amor y culto supremos.—The Youth’s Instructor, 18 de octubre de 1894.
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