A Fin de Conocerle


Mucha fe, mucha paz, 13 de agosto ¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres! Salmos 31:19. https://ift.tt/cx1l5qu @seguidores Cuanto más nuestra fe se aferre de Cristo con una perfecta confianza, tanto más paz disfrutaremos. La fe aumentará con el ejercicio. La regla de Dios es: Un día nada más. Día a día, realizad el trabajo diario como si tuvierais conciencia de que estáis obrando ante la vista de los ángeles, querubines y serafines, Dios y Cristo. “Hemos llegado a ser espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres”. 1 Corintios 4:9. “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”. Mateo 6:11. “Y como tus días serán tus fuerzas”. Deuteronomio 33:25. “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe”. Hebreos 12:2. Viviendo así, el Espíritu ayuda nuestra memoria, santifica cada facultad y nos recuerda nuestra dependencia constante del cuidado de nuestro Padre celestial. Entonces se disciernen las tentaciones de Satanás y se resisten más fácilmente, porque en el corazón hay una tendencia constante a acercarse a Dios. El sentimiento de autosuficiencia, que causa la ruina de tantas almas, no tiene un ambiente adecuado para proliferar. “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Mateo 6:33. Esta es una preciosa promesa formulada por Uno que cumple cada palabra que pronuncia. ¿Entonces por qué tememos, desconfiamos y no creemos? Nuestro tiempo pertenece al Señor. Nuestros talentos son del Señor. Entonces, ¿cómo puede alguien sentirse independiente, no sujeto al Espíritu de Dios, independiente de la voluntad de Dios, independiente de las providencias y los planes de Dios? En vuestra supuesta independencia sois esclavos de un poder que está en rebelión contra Dios.—Manuscrito 56, 1893.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374