En los Lugares Celestiales
Preparados para las mansiones celestiales, 5 de octubre A fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Efesios 5:27. https://ift.tt/sYdJ3UK Cristo está pronto a venir en las nubes del cielo, y debemos estar preparados para encontrarlo sin tener mancha, ni arruga ni cosa semejante... El poder transformador de Dios debe estar sobre nuestros corazones. Debemos estudiar la vida de Cristo e imitar el Modelo divino. Debemos espaciarnos en la perfección de su carácter y ser transformados a su imagen. Nadie entrará en el reino de Dios a menos que su voluntad sea puesta en cautividad a la voluntad de Cristo.—The Review and Herald, 5 de diciembre de 1912. Los profesos cristianos se mantienen demasiado cerca de las cosas vulgares de la tierra. Sus ojos están acostumbrados a ver sólo las cosas comunes y sus mentes se complacen en las cosas que contemplan sus ojos. Su experiencia religiosa es a menudo superficial e insatisfactoria, y sus palabras son livianas y sin valor. ¿Cómo podrán los tales reflejar la imagen de Cristo? ... El cielo está libre de todo pecado, de toda contaminación e impureza; y si deseamos vivir en su atmósfera, si deseamos contemplar la gloria de Cristo, debemos ser puros de corazón, perfectos de carácter por medio de su gracia y su justicia. No debemos embargarnos con placeres o diversiones, sino prepararnos para las gloriosas mansiones que Cristo ha ido a preparar para nosotros... Cristo está pronto a venir en gloria; y cuando su majestad se revele, el mundo deseará haber tenido su favor. En ese momento, todos desearemos un lugar en las mansiones celestiales. Pero los que no confiesen a Cristo ahora en palabra, en vida, en carácter, no podrán esperar que él los reconozca delante de su Padre y de sus ángeles santos. ¡Oh, cuán dichosos los que estén preparados para la cena de boda del Cordero, los que estén revestidos con la justicia de Cristo!—Ibid.
¡Visita En los Lugares Celestiales!
Preparados para las mansiones celestiales, 5 de octubre A fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Efesios 5:27. https://ift.tt/sYdJ3UK Cristo está pronto a venir en las nubes del cielo, y debemos estar preparados para encontrarlo sin tener mancha, ni arruga ni cosa semejante... El poder transformador de Dios debe estar sobre nuestros corazones. Debemos estudiar la vida de Cristo e imitar el Modelo divino. Debemos espaciarnos en la perfección de su carácter y ser transformados a su imagen. Nadie entrará en el reino de Dios a menos que su voluntad sea puesta en cautividad a la voluntad de Cristo.—The Review and Herald, 5 de diciembre de 1912. Los profesos cristianos se mantienen demasiado cerca de las cosas vulgares de la tierra. Sus ojos están acostumbrados a ver sólo las cosas comunes y sus mentes se complacen en las cosas que contemplan sus ojos. Su experiencia religiosa es a menudo superficial e insatisfactoria, y sus palabras son livianas y sin valor. ¿Cómo podrán los tales reflejar la imagen de Cristo? ... El cielo está libre de todo pecado, de toda contaminación e impureza; y si deseamos vivir en su atmósfera, si deseamos contemplar la gloria de Cristo, debemos ser puros de corazón, perfectos de carácter por medio de su gracia y su justicia. No debemos embargarnos con placeres o diversiones, sino prepararnos para las gloriosas mansiones que Cristo ha ido a preparar para nosotros... Cristo está pronto a venir en gloria; y cuando su majestad se revele, el mundo deseará haber tenido su favor. En ese momento, todos desearemos un lugar en las mansiones celestiales. Pero los que no confiesen a Cristo ahora en palabra, en vida, en carácter, no podrán esperar que él los reconozca delante de su Padre y de sus ángeles santos. ¡Oh, cuán dichosos los que estén preparados para la cena de boda del Cordero, los que estén revestidos con la justicia de Cristo!—Ibid.
¡Visita En los Lugares Celestiales!
Comentarios
Publicar un comentario