Alza tus Ojos
Ponga su ansiedad sobre Jesús, 17 de noviembre Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él. porque él tiene cuidado de vosotros. 1 Pedro 5:6, 7. https://ift.tt/vU1JpL3 A menudo su mente puede estar nublada por causa del dolor. Entonces no trate de pensar, sino descanse, y muestre que ha entregado su alma a Dios como a un fiel Creador. Es privilegio suyo mostrar en su debilidad y sufrimiento que no duda del amor de Dios hacia Ud., que sabe que es fiel el que ha prometido y que Ud. pone su alma y su cuerpo en sus manos, y que El guardará lo que se confíe a su cuidado. Deje que su mente se espacie en la bondad de Dios, en el gran amor con que nos ha amado, como se muestra en la obra de la redención. Si no nos amara, y no nos considerara de valor, no habría hecho este tremendo sacrificio. Es grande en misericordia y gracia. Deje que su corazón y su mente descansen, como un niño cansado en los brazos de su madre. Sus brazos eternos están sosteniéndola. En todas sus aflicciones, Jesús es afligido. Qué privilegio es para Ud., afligida ahora, encontrar refugio en Jesús. La armadura del Evangelio parece demasiado pesada para llevar. Bien, Cristo es su armadura. Escóndase en El, y el enemigo no la atormentará ni confundirá su fe. Jesús le ha legado su paz... Alabe al Señor porque ha sentido la eficacia purificadora de la sangre del Salvador. El Sol de Justicia se ha levantado sobre su alma llevando sanidad en sus alas. Cuán vacía e insatisfactoria es toda cosa mundanal. Pero Jesús, el precioso Salvador, es su sostén espiritual. Ha ligado su vida con la de El. La palabra de su gracia es maná para el alma creyente. Las preciosas promesas de su Palabra son vida, grandeza y paz. No se preocupe. Jesús la ama, y cuidará de Ud. y la bendecirá. Ud. ya no puede pelear la batalla activa y agresiva, pero puede dejar que Jesús pelee en su lugar. El le dice: “Entrega tu caso enteramente en mis manos. Permanece tranquila y conoce que yo soy Dios”. Querida hermana: Esperamos y oramos para que el Señor le ayude y le dé fuerzas en su gran tribulación. Ese Dios que vio a Natanael bajo la higuera, la ve a Ud. y entiende su dolor y su tristeza. El Señor Jesús será su fortaleza en este día de aflicción... La Palabra es el pan vivo. Coma de él diariamente. Será el poder que la sostendrá para que pueda hacer todo lo que debe hacer. Infundirá vigor inmortal en su alma, perfeccionará su experiencia y le traerá gozos reales que permanecen para siempre.—Carta 16, del 17 de noviembre de 1896, dirigida a una hermana anciana.
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Ponga su ansiedad sobre Jesús, 17 de noviembre Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él. porque él tiene cuidado de vosotros. 1 Pedro 5:6, 7. https://ift.tt/vU1JpL3 A menudo su mente puede estar nublada por causa del dolor. Entonces no trate de pensar, sino descanse, y muestre que ha entregado su alma a Dios como a un fiel Creador. Es privilegio suyo mostrar en su debilidad y sufrimiento que no duda del amor de Dios hacia Ud., que sabe que es fiel el que ha prometido y que Ud. pone su alma y su cuerpo en sus manos, y que El guardará lo que se confíe a su cuidado. Deje que su mente se espacie en la bondad de Dios, en el gran amor con que nos ha amado, como se muestra en la obra de la redención. Si no nos amara, y no nos considerara de valor, no habría hecho este tremendo sacrificio. Es grande en misericordia y gracia. Deje que su corazón y su mente descansen, como un niño cansado en los brazos de su madre. Sus brazos eternos están sosteniéndola. En todas sus aflicciones, Jesús es afligido. Qué privilegio es para Ud., afligida ahora, encontrar refugio en Jesús. La armadura del Evangelio parece demasiado pesada para llevar. Bien, Cristo es su armadura. Escóndase en El, y el enemigo no la atormentará ni confundirá su fe. Jesús le ha legado su paz... Alabe al Señor porque ha sentido la eficacia purificadora de la sangre del Salvador. El Sol de Justicia se ha levantado sobre su alma llevando sanidad en sus alas. Cuán vacía e insatisfactoria es toda cosa mundanal. Pero Jesús, el precioso Salvador, es su sostén espiritual. Ha ligado su vida con la de El. La palabra de su gracia es maná para el alma creyente. Las preciosas promesas de su Palabra son vida, grandeza y paz. No se preocupe. Jesús la ama, y cuidará de Ud. y la bendecirá. Ud. ya no puede pelear la batalla activa y agresiva, pero puede dejar que Jesús pelee en su lugar. El le dice: “Entrega tu caso enteramente en mis manos. Permanece tranquila y conoce que yo soy Dios”. Querida hermana: Esperamos y oramos para que el Señor le ayude y le dé fuerzas en su gran tribulación. Ese Dios que vio a Natanael bajo la higuera, la ve a Ud. y entiende su dolor y su tristeza. El Señor Jesús será su fortaleza en este día de aflicción... La Palabra es el pan vivo. Coma de él diariamente. Será el poder que la sostendrá para que pueda hacer todo lo que debe hacer. Infundirá vigor inmortal en su alma, perfeccionará su experiencia y le traerá gozos reales que permanecen para siempre.—Carta 16, del 17 de noviembre de 1896, dirigida a una hermana anciana.
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