Nuestra Elevada Vocacion
Gozo en el sufrimiento con Cristo, 3 de noviembre Carísimos, no os maravilléis cuando sois examinados por fuego, lo cual se hace para vuestra prueba, como si alguna cosa peregrina os aconteciese; antes bien gozaos en que sois participantes de las aflicciones de Cristo; para que también en la revelación de su gloria os gocéis en triunfo. 1 Pedro 4:12, 13. https://ift.tt/WHsxgeD No siempre consideramos que la santificación que tanto deseamos y por la cual oramos con tanto fervor es impartida por la verdad, por la providencia de Dios, y de un modo en que menos lo esperamos. Cuando esperamos gozo, he aquí que hay tristeza; cuando esperamos paz, con frecuencia tenemos desconfianza y duda porque nos encontramos sumidos en pruebas que no podemos evitar. En estas pruebas estamos teniendo las respuestas a nuestras oraciones. A fin de que seamos purificados, el fuego de la aflicción debe arder sobre nosotros, y nuestra voluntad debe ponerse en conformidad con la voluntad de Dios. ... Dios considera apropiado someternos a la disciplina, que es esencial para nosotros antes de que seamos súbditos preparados para las bendiciones que anhelamos. No deberíamos desanimarnos y dar lugar a la duda, y pensar que nuestras oraciones no son advertidas. Deberíamos confiar con más seguridad en Cristo y dejar nuestro caso en manos de Dios para que él conteste nuestras oraciones según su propia manera. Dios no ha prometido derramar sus bendiciones mediante los conductos que nosotros hemos señalado. Los planes de Dios siempre son los mejores, aunque no siempre los discernamos. La perfección del carácter cristiano puede obtenerse únicamente mediante el trabajo, las luchas y la abnegación. No siempre dependemos de esto, y no consideramos el doloroso y a menudo prolongado proceso de purificación que necesitamos a fin de ser conformados a la imagen de Cristo. Dios frecuentemente contesta nuestras oraciones del modo que menos esperamos. Nos coloca en situaciones que son muy angustiosas, para revelar qué hay en nuestros corazones. Para fomentar el desarrollo de las gracias cristianas él nos colocará en situaciones que nos exigirán cada vez más esfuerzo para mantener una viva ejercitación de nuestra fe. Recordemos cuán inestimablemente preciosos son los dones de Dios—las gracias de su Espíritu—y no nos apartaremos del proceso de prueba, aunque sea doloroso y humillante para nosotros.—Carta 9, 1873, pp. 1-3.
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Gozo en el sufrimiento con Cristo, 3 de noviembre Carísimos, no os maravilléis cuando sois examinados por fuego, lo cual se hace para vuestra prueba, como si alguna cosa peregrina os aconteciese; antes bien gozaos en que sois participantes de las aflicciones de Cristo; para que también en la revelación de su gloria os gocéis en triunfo. 1 Pedro 4:12, 13. https://ift.tt/WHsxgeD No siempre consideramos que la santificación que tanto deseamos y por la cual oramos con tanto fervor es impartida por la verdad, por la providencia de Dios, y de un modo en que menos lo esperamos. Cuando esperamos gozo, he aquí que hay tristeza; cuando esperamos paz, con frecuencia tenemos desconfianza y duda porque nos encontramos sumidos en pruebas que no podemos evitar. En estas pruebas estamos teniendo las respuestas a nuestras oraciones. A fin de que seamos purificados, el fuego de la aflicción debe arder sobre nosotros, y nuestra voluntad debe ponerse en conformidad con la voluntad de Dios. ... Dios considera apropiado someternos a la disciplina, que es esencial para nosotros antes de que seamos súbditos preparados para las bendiciones que anhelamos. No deberíamos desanimarnos y dar lugar a la duda, y pensar que nuestras oraciones no son advertidas. Deberíamos confiar con más seguridad en Cristo y dejar nuestro caso en manos de Dios para que él conteste nuestras oraciones según su propia manera. Dios no ha prometido derramar sus bendiciones mediante los conductos que nosotros hemos señalado. Los planes de Dios siempre son los mejores, aunque no siempre los discernamos. La perfección del carácter cristiano puede obtenerse únicamente mediante el trabajo, las luchas y la abnegación. No siempre dependemos de esto, y no consideramos el doloroso y a menudo prolongado proceso de purificación que necesitamos a fin de ser conformados a la imagen de Cristo. Dios frecuentemente contesta nuestras oraciones del modo que menos esperamos. Nos coloca en situaciones que son muy angustiosas, para revelar qué hay en nuestros corazones. Para fomentar el desarrollo de las gracias cristianas él nos colocará en situaciones que nos exigirán cada vez más esfuerzo para mantener una viva ejercitación de nuestra fe. Recordemos cuán inestimablemente preciosos son los dones de Dios—las gracias de su Espíritu—y no nos apartaremos del proceso de prueba, aunque sea doloroso y humillante para nosotros.—Carta 9, 1873, pp. 1-3.
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