A Fin de Conocerle

Cuidado con las trampas de Satanás, 4 de agosto Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición. 1 Timoteo 6:9. https://ift.tt/xTzq65Y Satanás tiene redes y trampas, como las trampas del cazador, bien preparadas para atrapar a las almas. Su propósito definido consiste en que los hombres utilicen las facultades que Dios les ha dado para conseguir fines egoístas antes que para glorificar a Dios. Dios quiere que los hombres tengan trabajos que les proporcionen paz y gozo y les produzcan beneficios eternos; pero Satanás quiere que concentremos nuestros esfuerzos en lo que no aprovecha, en cosas que perecen con el uso. El corazón del hombre puede constituir la morada del Espíritu Santo. La paz de Cristo que sobrepasa toda comprensión puede anidar en vuestra alma, y el poder transformador de su gracia puede obrar en vuestra vida, y prepararos para las cortes de gloria. Pero si empleáis el cerebro, los nervios y los músculos en el servicio del yo, no estáis haciendo de Dios y el cielo la primera consideración de vuestra vida. Es imposible que entretejáis las gracias de Cristo en vuestro carácter mientras ponéis todas vuestras energías del lado del mundo. Podéis tener éxito en acumular tesoros en el mundo, para gloria del yo, pero “donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”. Mateo 6:21. La consideración de las cosas eternas ocupará un lugar secundario. Podéis participar de las formas externas del culto, pero vuestro servicio será una abominación para el Dios del cielo. Si los ojos están santificados y se dirigen al cielo, la luz del cielo llenará el alma, y las cosas terrenales parecerán insignificantes y sin atractivo. Cambiarán los motivos del corazón y se atenderán las amonestaciones de Jesús. Pondréis vuestro tesoro en el cielo. Vuestros pensamientos se fijarán en las grandes recompensas eternas.—The Review and Herald, 24 de enero de 1888.
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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374