Cada Día con Dios

Cómo tener el cielo aquí, 19 de septiembre Anhelaban una [patria] mejor, esto es, celestial. Hebreos 11:16. https://ift.tt/ZCyGNsr Debemos escudriñar con todas las facultades que Dios nos ha dado a fin de dar a entender las Escrituras a los que están en tinieblas. Hay felicidad, esperanza y paz para los desanimados. No podemos permitirnos dedicar las habilidades que Dios nos dio a los asuntos comunes de la vida. Necesitamos una fe que se aferre de la promesa que nos presenta el Evangelio. ¿Qué pasaría si perdiéramos nuestra alma? Sería mejor para nosotros no haber nacido. Una alma vale más que todo el oro y la plata que podríamos acumular sobre la tierra... Necesitamos cultivar una fe viva en Dios. Necesitamos apartar los ojos de las atracciones de esta tierra para fijarlos en las cosas celestiales. No queremos que ésta se interponga entre Dios y nosotros; por el contrario, queremos mantener la vista fija en la gloria de Dios. Hablamos del cielo y sus bendiciones, y sería una calamidad que lo perdiéramos. Pues bien, si el cielo es tan atractivo, tan deseable, introdúzcanlo en esta vida, introdúzcanlo en el seno de sus familias y eduquen a sus hijos de manera que no vivan para este mundo, sino para la vida futura e inmortal... Pueden tener un poco del cielo aquí si están dispuestos a mantener la vista fija en Dios, no mirando a Cristo la mitad del tiempo y al mundo la otra mitad. Si ustedes viven para Dios, los sostendrá con su brazo eterno y les dirá: “Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Mateo 11:30. ¿Lo creen? Puedo dar testimonio de ello. Basándome en mi experiencia anterior puedo dar testimonio de que no estaba dispuesta a evitar pruebas y pesares porque Pablo dice: “Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven”. 2 Corintios 4:17, 18. Necesitamos considerar las cosas de interés eterno para que pensemos seriamente acerca del empleo que hemos hecho de nuestra facultad de raciocinio, para verificar si hemos tratado de fortalecerla con cosas vanas que no podremos llevar con nosotros cuando seamos arrebatados para recibir a Cristo en el aire... Queremos estar preparados para poder entrar sin obstáculos en la ciudad de Dios... Todo lo demás carece de valor en comparación.—Manuscrito 16, del 19 de septiembre de 1886, “El privilegio de ser cristianos”.
via Facebook https://ift.tt/ZCyGNsr

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374