Piedras para un templo, 8 de noviembre

Piedras para un templo, 8 de noviembre

En quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor. Efesios 2:21.

Mediante la gracia de Cristo realizaréis esfuerzos decididos para vencer todos los hábitos y modales fríos, ásperos, toscos y descorteses...


El poderoso cincel de la verdad os ha cortado de la cantera del mundo. Erais piedras toscas de bordes cortantes que magullaban y dañaban a cualquiera con quien os poníais en contacto; hay una obra que debe hacerse para suavizar los bordes ásperos. Si apreciarais el valor de la obra que debe hacerse en los talleres de Dios, daríais la bienvenida a los golpes del hacha y el martillo. Vuestra estimación propia será herida, vuestra alta opinión de vosotros mismos será cortada por el hacha y el martillo, y las asperezas de vuestro carácter serán pulidas; y cuando el egoísmo y las tendencias carnales desaparezcan, entonces la piedra adquirirá las proporciones debidas para el edificio celestial, y entonces comenzarán los procesos de pulido, refinamiento, suavizamiento y abrillantamiento, y seréis modelados según el patrón del carácter de Cristo. Su propia imagen deberá reflejarse en el carácter bruñido de sus representantes humanos, y la piedra quedará preparada para el edificio celestial. Los ángeles de Dios observan a los agentes humanos que así reflejan el esplendor y la gloria del carácter de Cristo...


Si no somos hombres y mujeres mejores, si no somos más bondadosos, más piadosos, más corteses, más llenos de ternura y amor; si no manifestamos a otros el amor que Jesús trajo al mundo en su misión de misericordia, no estamos testificando ante el mundo del poder de Jesucristo. Jesús vivió no para agradarse a sí mismo... Vino a elevar, a ennoblecer y a hacer felices a todos aquellos con quienes se relacionó. Jamás obró con rudeza, jamás pronunció palabras descorteses.—The Youth’s Instructor, 3 de enero de 1895.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374