Hijos e Hijas de Dios


Guiados por el espíritu, 22 de enero https://ift.tt/3tMHuAN Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Romanos 8:14. El Espíritu Santo es una persona, porque da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Cuando se recibe este testimonio, trae consigo su propia evidencia. En tales momentos creemos y estamos seguros de que somos hijos de Dios.—El Evangelismo, 616. El Señor tiene plenitud de gracia para derramarla sobre los que recibirán los dones celestiales. El Espíritu Santo pondrá las capacidades confiadas por Dios al servicio de Cristo, y modelará al instrumento humano de acuerdo con el Modelo divino, en la proporción en que éste desee fervientemente esa transformación.—The Youth’s Instructor, 5 de julio de 1894. Los que consientan en ser guiados por el Espíritu de Dios, serán iluminados y santificados. Discernirán lo odioso del pecado y la belleza de la santidad. Considerarán un gran honor ser llamados hijos de Dios, debido a que saben que son totalmente llamados indignos de relacionarse con Cristo, el Hijo unigénito del Padre. Cristo tomó sobre sí nuestra naturaleza, para poder relacionarnos con él mismo. Sufrió en la carne... para poder llevar muchos hijos e hijas a Dios.—The Youth’s Instructor, 8 de diciembre de 1892. Es el Espíritu el que hace resplandecer en las mentes entenebrecidas los brillantes rayos del Sol de justicia; el que hace arder el corazón de los hombres dentro de sí mismos con la recién despertada comprensión de las verdades de la eternidad; el que presenta a la mente la gran norma de justicia, y convence de pecado; el que inspira fe en el Unico que puede salvar del pecado.—Obreros Evangélicos, 303, 304.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374