"Que nadie piense que su conducta no necesita un cambio. ... Nadie puede andar con seguridad a menos que desconfíe del yo, y que esté constantemente contemplando la Palabra de Dios, estudiándola con el corazón dispuesto a ver sus propios errores y a conocer la voluntad de Cristo, y orando para que se haga en ellos, por ellos y mediante ellos. Muestran que su confianza no está en sí mismos, sino en Cristo. Tienen la verdad como un tesoro sagrado, capaz de santificar y refinar, y constantemente procuran poner su conducta y sus palabras en armonía con sus principios.—The Review and Herald, 12 de abril de 1892."
"Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar." Habacuc 2:14 "Entonces el dragón...se fue a hacer guerra contra...los que guardan los mandamientos de Dios y tienen...el espíritu de la profecía." Apoc. 12:17; 19:10
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