En los Lugares Celestiales


En los Lugares Celestiales
Confianza absoluta en Dios, 2 de julio La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz. Mateo 6:22. https://ift.tt/G8VIgyc La obra del Espíritu de Dios en el hombre no es tal que lo incapacite para realizar los deberes comunes de la vida. No debe haber una religión para los negocios y otra para la iglesia. La obra del Espíritu de Dios abarca el ser entero, alma, cuerpo y espíritu. Si la Palabra de Dios es albergada como un principio permanente en el corazón y se la mantiene bajo cualquier circunstancia, el hombre es llevado, con las habilidades que le fueron dadas, bajo [la sujeción de] el Señor Jesucristo. Sus facultades indivisas, aun sus pensamientos, son llevados en cautiverio a Cristo. Esto es verdadera santificación. Todas las partes de la experiencia se fusionan en completa armonía. No le falta nada. No guarda nada para sí, para hacer lo que le place con ello... “La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz”. Dice: “tu ojo”, no el de alguna otra persona. La rica experiencia que es nuestro privilegio tener, la perdemos cuando esperamos que algún otro vea por nosotros y nos guíe en nuestra experiencia espiritual como si fuéramos ciegos. Debemos tener un ojo puro para la gloria de Dios, un propósito único y persistente de dejar a un lado el yo y las preferencias de los otros... El que verdaderamente ama y teme a Dios, luchando con entereza de propósito para hacer su voluntad, pondrá su cuerpo, su mente, su corazón, su alma, su fuerza al servicio de Dios. Tal fue el caso de Enoc. Caminó con Dios. Su mente no estaba contaminada por una visión impura, defectuosa. Los que están decididos a hacer de la voluntad de Dios la suya, deben servir y agradar a Dios en todo. Entonces el carácter será armonioso y bien equilibrado, consistente, agradable y verdadero.—Carta 128, 1897.
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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374