El Cristo Triunfante
Jesús nos dará poder para vencer, 7 de octubre “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”. Apocalipsis 3:21. https://ift.tt/f0YneSJ Satanás lucha y batalla por conquistar nuestras almas. Arroja su sombra infernal sobre nuestra senda... Alejemos nuestra vista de su poder y contemplemos a Aquel que es poderoso para salvar hasta lo sumo... ¿Por qué tu fe no penetra la sombra hasta donde está Cristo? Él ha llevado cautiva la cautividad y ha dado dones a sus seguidores. Él os enseñará que Satanás reclama cada alma que no se ha unido a él como su propiedad. Satanás es el autor de la muerte. ¿Qué hizo Cristo después de someter a Satanás bajo el dominio de la muerte? Las últimas palabras de Jesús, cuando expiraba en la cruz, fueron: “Consumado es”. Juan 19:30. El diablo comprendió que se había excedido. Por su muerte, Cristo aseguró la muerte de Satanás y trajo a la luz la inmortalidad. Y después que Cristo resucitó, ¿qué hizo? Asumió su poder y empuñó su cetro. Abrió las tumbas y sacó a una multitud de cautivos, dando testimonio ante todo nuestro mundo y ante la creación entera de que tenía poder sobre la muerte y de que rescataba a los cautivos de la muerte. No todos los que creyeron en Jesús fueron resucitados en ese momento. Era solamente una muestra de lo que vendría, para que nosotros pudiéramos saber que la muerte y el sepulcro no han de retener a los cautivos, porque Cristo los llevó al cielo. Y cuando él regrese con poder y gran gloria, abrirá los sepulcros. La prisión será abierta, y los muertos vivirán nuevamente, revestidos de gloriosa inmortalidad. He aquí los trofeos que Cristo tomó consigo y presentó ante el universo del cielo y de los mundos que Dios ha creado. Cualquier afecto que alguna vez hayan sentido por Lucifer, que era el querubín cubridor, ahora está destruido. Dios le dio una oportunidad de forjar su carácter. Si no hubiera hecho esto, habría habido quienes sintieran que la acusación que él levantó contra Dios—de que no le dio una oportunidad justa—era fundada. El Príncipe de la vida y el príncipe de las tinieblas estaban en conflicto. El Príncipe de la vida prevaleció, pero a un costo infinito. Su triunfo es nuestra salvación... ¿No tuvo nuestro Salvador algo que vencer? ¿No libró la batalla con el príncipe de las tinieblas hasta que fue vencedor en cada punto? Entonces dejó la obra directamente en las manos de sus seguidores. Tenemos algo que hacer. ¿Acaso no tenemos la porción del vencedor, para trabajar en pos de la victoria y obtenerla? ¿No hemos de proseguir paso a paso en conocer al Señor, hasta que veamos que como el alba está dispuesta su salida?—Manuscrito 1, 1889.
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Jesús nos dará poder para vencer, 7 de octubre “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”. Apocalipsis 3:21. https://ift.tt/f0YneSJ Satanás lucha y batalla por conquistar nuestras almas. Arroja su sombra infernal sobre nuestra senda... Alejemos nuestra vista de su poder y contemplemos a Aquel que es poderoso para salvar hasta lo sumo... ¿Por qué tu fe no penetra la sombra hasta donde está Cristo? Él ha llevado cautiva la cautividad y ha dado dones a sus seguidores. Él os enseñará que Satanás reclama cada alma que no se ha unido a él como su propiedad. Satanás es el autor de la muerte. ¿Qué hizo Cristo después de someter a Satanás bajo el dominio de la muerte? Las últimas palabras de Jesús, cuando expiraba en la cruz, fueron: “Consumado es”. Juan 19:30. El diablo comprendió que se había excedido. Por su muerte, Cristo aseguró la muerte de Satanás y trajo a la luz la inmortalidad. Y después que Cristo resucitó, ¿qué hizo? Asumió su poder y empuñó su cetro. Abrió las tumbas y sacó a una multitud de cautivos, dando testimonio ante todo nuestro mundo y ante la creación entera de que tenía poder sobre la muerte y de que rescataba a los cautivos de la muerte. No todos los que creyeron en Jesús fueron resucitados en ese momento. Era solamente una muestra de lo que vendría, para que nosotros pudiéramos saber que la muerte y el sepulcro no han de retener a los cautivos, porque Cristo los llevó al cielo. Y cuando él regrese con poder y gran gloria, abrirá los sepulcros. La prisión será abierta, y los muertos vivirán nuevamente, revestidos de gloriosa inmortalidad. He aquí los trofeos que Cristo tomó consigo y presentó ante el universo del cielo y de los mundos que Dios ha creado. Cualquier afecto que alguna vez hayan sentido por Lucifer, que era el querubín cubridor, ahora está destruido. Dios le dio una oportunidad de forjar su carácter. Si no hubiera hecho esto, habría habido quienes sintieran que la acusación que él levantó contra Dios—de que no le dio una oportunidad justa—era fundada. El Príncipe de la vida y el príncipe de las tinieblas estaban en conflicto. El Príncipe de la vida prevaleció, pero a un costo infinito. Su triunfo es nuestra salvación... ¿No tuvo nuestro Salvador algo que vencer? ¿No libró la batalla con el príncipe de las tinieblas hasta que fue vencedor en cada punto? Entonces dejó la obra directamente en las manos de sus seguidores. Tenemos algo que hacer. ¿Acaso no tenemos la porción del vencedor, para trabajar en pos de la victoria y obtenerla? ¿No hemos de proseguir paso a paso en conocer al Señor, hasta que veamos que como el alba está dispuesta su salida?—Manuscrito 1, 1889.
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