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Corintios 10:1-13.
Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el
destructor. Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para
amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. 1 Corintios 10:10, 11. {CV 8.1}
Las murmuraciones del antiguo Israel y su descontento rebelde, como
también los grandes milagros realizados en su favor, y el castigo de su
idolatría e ingratitud, fueron registrados para nuestro beneficio. El ejemplo
del antiguo Israel es dado como advertencia para el pueblo de Dios, a fin de
que evite la incredulidad y escape a su ira. Si las iniquidades de los hebreos
hubiesen sido omitidas del relato sagrado, y se hubiesen relatado solamente sus
virtudes, su historia no nos habría enseñado la lección que nos enseña... {CV 8.2}
Si los hijos de Dios quisieran reconocer cómo los trata él y aceptasen
sus enseñanzas, sus pies hallarían una senda recta, y una luz los conduciría a
través de la oscuridad y el desaliento. David aprendió sabiduría de la manera
en que Dios le trató, y se postró en humildad bajo el castigo del Altísimo. La
descripción fiel que de su verdadero estado hizo el profeta Natán, le dio a
conocer a David sus propios pecados y le ayudó a desecharlos. Aceptó mansamente
el consejo y se humilló delante de Dios. “La ley de Jehová—exclama él—es
perfecta, que vuelve el alma”. Salmos 19:7. {CV 8.3}
Los pecadores que se arrepienten no tienen motivo para desesperar porque
se les recuerden sus transgresiones y se les amoneste acerca de su peligro. Los
mismos esfuerzos hechos en su favor demuestran cuánto los ama Dios y desea
salvarlos. Ellos sólo deben pedir su consejo y hacer su voluntad para heredar
la vida eterna. Dios presenta a su pueblo que yerra los pecados que comete, a
fin de que pueda ver su enormidad según la luz de la verdad divina. Su deber es
entonces renunciar a ellos para siempre. {CV 8.4}
Dios es hoy tan poderoso para salvar del pecado como en los tiempos de
los patriarcas, de David y de los profetas y apóstoles. La multitud de casos
registrados en la historia sagrada, en los cuales Dios libró a su pueblo de sus
iniquidades, debe hacer sentir al cristiano de esta época el anhelo de recibir
instrucción divina y celo para perfeccionar un carácter que soportará la
detenida inspección del juicio. Joyas de los Testimonios 1:438, 442,
443.* {CV 8.5}
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