Entrad por la puerta estrecha: porque ancha es la puerta, y espacioso el
camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. Porque
estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los
que la hallan. Mateo 7:13, 14. {NEV 10.1}
Ante vosotros hay dos caminos—el camino ancho de la complacencia propia
y la senda estrecha del sacrificio. Yendo por el camino ancho, podéis elegir el
egoísmo, el orgullo, el amor al mundo; pero aquellos que recorren la senda
estrecha, deben abandonar todo peso, y el pecado que tan fácilmente nos acosa.
¿Cuál camino habéis escogido, el camino que lleva a la muerte eterna, o el
camino que conduce a la gloria y a la inmortalidad?—The Youth’s Instructor, 13 de febrero
de 1902, pp. 50. {NEV
10.2}
Nunca hubo otro tiempo más solemne en la historia del mundo que este en
el cual vivimos. Nuestros intereses eternos están en juego, y debemos despertar
a la importancia de asegurar nuestro llamamiento y elección. No nos atrevamos a
arriesgar nuestros intereses eternos en base a meras probabilidades. Debemos
estar resueltos a perseverar. Lo que nosotros somos, lo que estamos haciendo,
la conducta que adoptaremos en el futuro, son todos asuntos de gran
importancia, y no podemos permitirnos ser descuidados, indiferentes y despreocupados.
Cada uno de nosotros debe preguntarse: “¿Qué es la eternidad para mí?” ¿Van
nuestros pies por la senda que conduce hacia el cielo, o por el camino amplio
que lleva a la perdición? ... {NEV 10.3}
Aquellos que quieran vivir la vida cristiana con éxito, considerarán
todas las cosas como pérdida ante la excelencia del conocimiento de Cristo.
Únicamente aquellos que permanecen en Cristo pueden saber lo que es la vida
verdadera. Ellos comprenden el valor de la verdadera religión. Han llevado sus
talentos de influencia, y recursos, y habilidades al altar de la consagración,
procurando únicamente conocer y hacer la voluntad de Aquel que murió para
redimirlos. Ellos saben que el camino que deben recorrer es recto y estrecho, y
que tendrán que hacer frente a muchos obstáculos y tentaciones a medida que
resistan las seducciones del camino más ancho que conduce a la ruina; pero
también discernirán las pisadas de Jesús, y se apresurarán a ir hacia la meta
en demanda del premio de la soberana vocación en su Señor y Salvador. Elegirán
el camino real que lleva hacia el cielo, aunque sea recto y estrecho, porque
tienen aprecio por la recompensa prometida.—The Review and Herald, 26 de mayo de
1891. {NEV
10.4}
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