Nuestra desesperada condición pecaminosa, 22 de
marzo
Y me buscaréis y hallaréis,
porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Y seré hallado de vosotros, dice
Jehová. Jeremías 29:13, 14. FV 89.1
“Por naturaleza estamos
enemistados con Dios. El Espíritu Santo describe nuestra condición en palabras
como éstas: ‘muertos en las transgresiones y los pecados,’ ‘la cabeza toda está
ya enferma, el corazón todo desfallecido,’ ‘no queda ya en él cosa sana.’
Estamos enredados fuertemente en los lazos de Satanás; ‘por el cual han sido
apresados, para hacer su voluntad.’ Dios quiere sanarnos y libertarnos. Pero,
puesto que esto demanda una transformación completa y la renovación de toda
nuestra naturaleza, debemos entregarnos a él enteramente. FV 89.2
“La guerra contra nosotros
mismos es la batalla más grande que jamás hayamos tenido. El rendirse a sí
mismo, entregando todo a la voluntad de Dios, requiere una lucha; mas para que
el alma sea renovada en santidad, debe someterse antes a Dios.”—El Camino a Cristo, 31. FV 89.3
“Muchos se dan cuenta de su
impotencia; desean con ansias aquella vida espiritual que los pondrá en armonía
con Dios, y se esfuerzan por conseguirla, pero en vano.... Que alcen sus
miradas estos desesperados que están siempre luchando.... Mirad al Salvador. Su
gracia es capaz de vencer el pecado. Volved a él vuestro corazón agradecido,
tembloroso de incertidumbre. Echad mano de la esperanza puesta ante
vosotros.... Su fuerza ayudará vuestra flaqueza; os guiará paso a paso. Poned
vuestra mano en la suya, y dejaos guiar por él.... Siempre está cerca. Su
amorosa presencia os envuelve. Buscadle sabiendo que desea dejarse hallar por vosotros.”—El Ministerio de Curación, 77, 78. FV 89.4
“La promesa de Dios es: ‘me
buscaréis y hallaréis cuando me buscareis de todo vuestro corazón.’”—El Camino a Cristo, 31. FV 89.5
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