Conflicto y Valor


Cara a cara, 3 de abril Éxodo 33:1-17. https://ift.tt/owaY2KA Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero. Éxodo 33:11. Después de la transgresión de Israel, cuando éste se hizo el becerro de oro, Moisés volvió a interceder ante Dios en favor de su pueblo... Había aprendido por experiencia que a fin de tener influencia sobre el pueblo, debía tener primero poder con Dios. El Señor leyó la sinceridad y el propósito abnegado del corazón de su siervo, y condescendió en comunicarse con este débil mortal cara a cara, como un hombre habla con un amigo. Moisés se confió a Dios a sí mismo junto con todas sus cuitas, y abrió libremente su alma delante de él. El Señor no reprendió a su siervo sino que condescendió en escuchar sus súplicas... La respuesta que recibió fue: “Mi rostro irá contigo, y te haré descansar”. Pero Moisés no creía que podía conformarse con esto. Había ganado mucho, pero anhelaba acercarse más a Dios, y obtener mayor seguridad de su permanente presencia. Había llevado la carga de Israel; había soportado un peso abrumador de responsabilidad; cuando el pueblo pecaba, él sufría intenso remordimiento, como si él mismo fuese culpable; y ahora oprime su alma un sentimiento de los terribles resultados que se producirán si Dios abandona a los hijos de Israel a la dureza e impenitencia de su corazón... Moisés insiste en su petición con tanto fervor y sinceridad, que le llega la respuesta: “También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia en mis ojos, y te he conocido por tu nombre”. Al llegar a este punto esperaríamos que el profeta dejaría de interceder; pero no, envalentonado por su éxito, se atreve a acercarse más a Dios, con una santa familiaridad que supera casi nuestra comprensión. Hace luego una petición que ningún ser humano hizo antes: “Ruégote que me muestres tu gloria”. ¡Qué petición de parte de un ser mortal finito! Pero, ¿es rechazado? ¿Le reprende Dios por su pretensión? No; oímos las misericordiosas palabras: “Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro”... En la historia de Moisés podemos ver cuán íntima comunión con Dios puede gozar el hombre. Testimonios Selectos 3:383-385.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374